Un restaurante de pizzas ubicado en Palo alto, California, entrega alimentos a través de servicios como Uber Eats, con lo cual ha extendido su radio de acción y aumentado el volumen de producción.
En la línea de producción, los robots son prioritarios, sin embargo se reconfiguró el modelo para integrar a los trabajadores en la cadena de Zume Pizza.
Desde ahora, una máquina es la encargada de extender la masa de pan hasta convertirla en una delgada base sobre la que se cocina la pizza. De esta manera, el trabajador cumple su función de elegir y esparcir bien los ingredientes bajo un estricto cronómetro, ya que tendrá sólo 22 segundos para esparcir el queso, los vegetales o el pepperoni, antes de que el nuevo robot Bruno recoja la pizza para llevársela al horno.
Una vez que sale del horno, los trabajadores nuevamente entran en el proceso para recoger las pizzas, colocarlas en una caja para su transporte y entrega.
‘Queremos que la gente reciba la comida de mayor calidad y en casi la mitad del tiempo que habitualmente se ocupaba. Ahora tiempo está en 22 minutos’, indica Julia Collins, cofundadora y CEO de la organización.
Para lograr todo esto, además de la optimización robótica, aplica inteligencia artificial para establecer las rutas de reparto en función de la localización de los clientes, con lo cual se puede reducir aún más el tiempo de entrega.
De esta forma, la empresaria comenzaría a incorporar camiones equipados con robots, de tal manera que la entrega de pizzas se haría en forma autónoma por las rutas, con el consiguiente ahorro de tiempo esfuerzo.
Este caso, como muchos otros, es una evidencia palpable de cómo la robótica está permeando los procesos y las cadenas de producción paraba abatir costos y aumentar la eficacia.
Con información de El Economista.es