Durante el último Foro Económico Mundial de Davos, se planteó que la cuarta revolución industrial, posterior a la energía de vapor, la electricidad y la electrónica, afectará a más de 5 millones de puestos de trabajo en los 15 países más industrializados del mundo para 2020.
Las nanotecnolgías, la inteligencia artificial, los drones y las impresoras 3D tendrán un impacto disruptivo en la sociedad en todas sus dimensiones, con un crecimiento exponencial.
Según opinan los expertos, en una primera fase los trabajos manuales y los más repetitivos serán los que sufrirán el impacto de los robots.
Posteriormente, la inteligencia artificial volverá obsoletas muchas profesiones cualificadas en la rama de servicios, aunque en este ámbito el sector tecnológico creará también nuevos empleos, tantos como 900,000, según la estimación de la Unión Europea, ya que se necesitarán empleados con conocimientos informáticos, habilidades comunicativas y versatilidad.
‘A medio y largo plazo todas las revoluciones industriales y tecnológicas han generado empleo; es cierto que al principio puedan provocar víctimas y perdedores, pero a medio plazo estos cambios generan nuevos empleos, nuevas profesiones y nuevas oportunidades’, destaca Juan Manuel Rueda, director de Recursos Humanos.
En Estados Unidos ya se están dando casos de recolocación productiva, explica Xavier Busquets, catedrático de comercio digital de ESADE, quien señala a Amazon como un modelo industrial del futuro. En los almacenes de este gigante del comercio electrónico trabajan miles de obreros anónimos. Son los Kiva, pequeños autómatas anaranjados que van entre los estanterías y recogen productos para llevarlos a los empleados, que se encargan de empaquetarlos y pasarlos a los repartidores; esto, hasta que los drones no los sustituyan.
‘En la parte informática estamos muy desarrollados y es posible que pronto, cuando un robot aprenda una cosa, pueda comunicárselo a los demás robots. Pero con la mecánica y el costo de las baterías estamos lejos de conseguir avances notables’, señala Pedro Castilla, Presidente de la Asociación de Robótica y Domótica de España.
Por su parte, Xavier Busquets, considera que ‘el impacto de los robots llevará a un cambio estructural en la sociedad’, y plantea: ‘Hasta qué punto vamos a dejar que un sistema de inteligencia artificial tome decisiones en forma autónoma. Esto es una cuestión ética aún fuera del debate político, cuestiona el catedrático.
Con el fin de dimensionar el impacto de la robótica, El Bank of America Lynch calcula que su valor de mercado alcanzará unos 142,000 millones de euros en 2020, siendo actualmente de 32,000 millones.
Con información de El País