A partir de hoy, Rusia comenzó a bloquear los teléfonos móviles de personas extranjeras que viven en el país y que no han entregado sus datos biométricos al sistema estatal correspondiente.
Desde este año, solo se puede comprar una tarjeta SIM si se han proporcionado estos datos al Sistema Biométrico Integrado del gobierno. Quienes ya contaban con una SIM antes del cambio, tenían como fecha límite el 1 de julio para completar el trámite.
El registro exige cumplir con varios pasos burocráticos, como obtener un número de seguridad social, registrarse en Gosuslugi (la plataforma digital de servicios públicos) y presentar una traducción oficial del pasaporte.
Después, se debe agendar una cita en un banco autorizado, donde se capturan los datos biométricos: fotografía, huellas dactilares y una grabación de voz. Una vez realizado esto, la persona debe acudir a un punto de atención del operador móvil para validar los datos y firmar un contrato. La tarjeta SIM podrá activarse únicamente mediante una terminal biométrica.
Quienes no hayan completado este proceso a partir de hoy verán reducidos progresivamente sus servicios: primero perderán el acceso a la red móvil nacional y se limitará la velocidad del internet, y después de 30 días se cancelarán por completo sus servicios móviles.
Si una tarjeta SIM permanece inactiva durante tres meses, se eliminará el número telefónico vinculado y la tarjeta quedará inutilizable.
El Ministerio de Transición Digital señaló que esta medida busca frenar el uso de tarjetas SIM falsas. Hasta ahora, más de dos millones de extranjeros ya han sido registrados bajo este nuevo sistema.
Según el gobierno ruso, con esto se pretende prevenir fraudes y actos de terrorismo, aunque las nuevas reglas también afectarán a turistas y visitantes temporales que busquen conectarse a la red nacional de telefonía.