Las infecciones transmitidas socialmente son una nueva clase de STI electrónico (Infecciones Transmitidas Socialmente, según sus siglas en inglés), que puede causar casi tanto dolor como las del otro tipo.
Si sólo usas las redes sociales para mantenerte al tanto de la actividad de amigos, familia y celebridades, entonces tu experiencia es probablemente bastante segura. Sin embargo, las redes sociales han evolucionado más allá de compartir detalles de tu vida en algo muy peligroso, compartir enlaces. El compartirlos y abrirlos ha cambiado el ambiente de internet permitiendo que el malware pueda esparcirse más eficientemente a través de las redes, comparado con el correo electrónico. Es por esto que debes saber lo que estas STI pueden hacer y cómo prevenirlas.
El gancho
Debido a que las redes sociales se basan en la confianza, confiar en tus contactos te hace confiar en el contenido que comparten, permitiendo a los STI infectarte con malware. Para lograrlo los hackers se valen de una serie de trucos que pueden incluir el enviar mensajes acerca de temas populares, añadir extensiones maliciosas a tu buscador para secuestrar tus cuentas de redes sociales, hacer que las descargas aparenten ser de fuentes legítimas, deshabilitar tus antivirus, o incluso anunciar software malicioso como ofertas especiales (Adware).
Los resultados
Una vez contagiado por la STI, lo que más se ataca en tus sistemas son tus credenciales de usuario. Los robos de contraseñas frecuentemente hacen noticia, y son especialmente riesgosos para quien usa la misma contraseña en múltiples cuentas. Estos ataques frecuentemente involucran la instalación de malware que luego puede usarse para añadir a tu computadora al botnet que causó el ataque, lo cual lo ayuda a crecer y hacerse más poderoso.
Plan de tratamiento
Si al llegar a casa descubres que tu cuenta de Twitter envía spam en lenguaje extranjero, o notas algún otro síntoma de haber contraído una STI, haz lo siguiente de inmediato:
- Cambia el password de la cuenta afectada y haz lo mismo para las demás cuentas que compartan el mismo password.
- Ve a la página de aplicaciones de la red social e inhabilita los accesos y privilegios que no reconozcas.
- Corre antivirus y detecciones de malware en tu computadora.
- Avisa a tus amigos que tu cuenta fue comprometida y que tengan cuidado con lo que reciban de ti.
Para navegar con seguridad ahora que conoces más sobre las STI te recomendamos usar siempre passwords seguros, únicos a cada cuenta. Puedes apoyarte en el uso de administradores de passwords que no sólo los almacenan, sino que pueden generar nuevos difíciles de adivinar.
Instala y actualiza periódicamente protección antivirus y de malware y piensa con cuidado antes de hacer click la próxima vez. Si notas que alguien postea algo inusual, verifica primero su legitimidad.
Pasa información, no infección. Protégete protegiendo a tus amigos, quienes son los más probables para colocarte en riesgo de contagiarte con una STI. Asegúrate que saben lo que es el malware social y lo que pueden hacer para prevenirlo.
Para protegerte aún más, sal por completo de tus redes sociales cuando termines de usarlas, y asegúrate de que conoces a todos tus contactos. Mantén tus sistemas operativos y aplicaciones actualizados y sólo descárgalos de sus fuentes originales. Habilita un bloqueador pop-up en tu navegador y no ignores vulnerabilidades sólo porque no son listadas como críticas. Mantente además informado de nuevos malware de redes sociales y como evitarlos. Si tus niños usan tu computadora habilita el control paternal.
Las infecciones de transmisión social se hacen más sofisticadas cada día. Como resultado de esto es imposible estar 100% protegido, a menos que consideres una total abstinencia de Internet. Sin embargo, si navegas con seguridad y usas sentido común, puedes reducir significativamente el riesgo de infección por malware de redes sociales (y puedes disfrutar ver esos videos de gatos en paz).
Fuente: Fortinet