La pantalla LED que se presentó en los Arena Cinemas de Zúrich, Suiza, mide 10.2 metros de ancho por 5.3 metros de alto, está formada por 96 módulos reemplazables, que dan lugar a una única pantalla sólida. Y además, es la primera en 3D del mundo.
Los espectadores podrán apreciar una mejor calidad de imagen, mejoras en la luminosidad de la pantalla, ya que es 10 veces mayor que la que proporcionan los proyectores convencionales, y altos niveles de contraste. Además, esta nueva tecnología cambia la forma de entender el cine, ya que permite exhibir material audiovisual con la luz encendida. Por lo tanto, podrá ser usada, por ejemplo, para realizar eventos corporativos, “dining movies”, o exhibir deportes electrónicos o conciertos.
Damon Crowhurs, director de Samsung Display Europe, asegura que ya hay varios cines del mundo interesados en esta tecnología. Para Andy W. Bohli, propietario de Inmaculis, el mayor desafío no está en la tecnología en sí, sino en los propietarios de cine. Muchos están asustados, pero lo mismo ocurrió con el 4DX, y ahora todo mundo lo quiere tener en alguna sala.
Sin embargo, una limitación importante es el precio de la instalación de esta pantalla. Tanto Samsung como el propietario del cine han descartado dar una cifra concreta. Este último reconoce que “es un lujo” y que ha invertido mucho más dinero que en una sala convencional. No obstante, el cine de Zúrich ofrecerá las entradas al mismo precio que antes.
Edward Stöckli, propietario del cine, apuesta por esta tecnología porque no le cabe la menor duda de que “este es el cine del futuro”.