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Slim-Salinas: ¿asociación en contenidos?

El jueves, el Grupo Salinas, que preside Ricardo Salinas Pliego, reunió con motivo de la celebración de su aniversario número cien, a los personajes públicos más disímbolos de la política, la cultura, las finanzas, el periodismo y los espectáculos, pero una relación empresarial vale la pena comentarse.

Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego, invitado y anfitrión de la celebración, han mantenido una relación de negocios muy consistente que podría tomar un segundo aire con el asunto de la convergencia en materia de telecomunicaciones, no obstante el esfuerzo de los competidores de Telmex-Telcel que busca «limitar» el potencial avance que pudieran tener esas empresas para distribuir video (por su posición dominante en el mercado).

Por lo pronto, el secretario de Hacienda, Francisco Gil, dejó sobre la mesa la posibilidad de cobrarle a Telmex un derecho adicional por la ampliación de su título de concesión, y el nuevo secretario de Telecomunicaciones, Luis Téllez, no podrá sustraerse a esta controversia, ya que deberá quedar resuelta para el primer trimestre del próximo año en función de los calendarios que se incluyeron en el Acuerdo de Convergencia.

Usted me dirá que Azteca tiene a Iusacell para distribuir sus contenidos, lo que es cierto y de hecho ya lo hace, pero la posición en el mercado de esta empresa celular, por número de suscriptores y facturación, no tiene el suficiente músculo para el aprovechamiento total de sus espectros de banda (no es lo mismo vender contenido para un millón de potenciales suscriptores que a 18.5 millones), pero si se realiza una alianza de distribución con Telmex, muy probablemente podrían entrar a una segunda fase de expansión no sólo nacional, sino también en América Latina.

Sin embargo, Telmex, que preside Jaime Chico Pardo, tendrá que enfrentar en 2007 el intento más serio de apertura de la banda ancha, intento que muy probablemente se apoye en la opinión que emitirá en breve la Comisión Federal de Competencia (CFC), cuyo pleno preside Eduardo Pérez Motta, sobre el asunto de los contenidos.

Le cuento: la apertura de la banda ancha mediante la desagregación o arrendamiento de la línea de abonado local (última milla en la red telefónica o, lo que es lo mismo, el teléfono de su casa), permite la introducción de una amplia gama de servicios que tienen un impacto positivo sobre el desempeño económico, porque -según los informes más recientes de la OCDE, que encabeza José Ángel Gurría- reduce costos de producción, hace más eficiente la gestión del pago de impuestos, de servicios públicos, permite la difusión más amplia de servicios educativos, de salud a distancia y, en general, tiene un adecuado impacto entre los consumidores.

Además, los 30 países de la OCDE, con excepción de México, han introducido competencia en banda ancha mediante la última milla telefónica, lo que permite aprovechar la red telefónica local para que los usuarios de servicio telefónico cuenten con opciones de servicio de diversos proveedores de banda ancha (voz, Internet, video). Sin embargo, en México, el costo de interconexión sigue siendo la principal barrera de entrada para lograrlo.

Si la CFC emite una opinión considerando el parámetro internacional, podría suponerse que propondrá la desagregación de la última milla telefónica, como condición para la ampliación del mercado de contenidos.

No podemos negar que nuestro país tiene limitadas opciones de acceso a la banda ancha, y la empresa dominante no tiene el menor interés de abrirla, aunque por ello está pujando en Chile, por ejemplo. En México hay 18.5 millones de líneas fijas, y el desarrollo de contenidos y aplicaciones depende de que, quienes los producen, tengan acceso a los usuarios, y si las cableras podrán prestar el servicio telefónico, la última milla obviamente se ampliará (primero en las plazas con bidireccionalidad) y con ello el número de participantes. Tome en cuenta que hoy los musculosos son dos: Megacable, que preside Enrique Yamuni, y Cablevisión, de Emilio Azcárraga Jean y dirigida por Jean Paul Broc Haro.

Por eso la desagregación de la última milla es tan importante como la producción y la distribución de contenidos, mercados que en México destacan por su pulverización (mucho chiquito) y la existencia de dos o tres empresas dominantes que tienen capacidad de influencia política como para mantener sus ventajas de mercado.

De hecho, el interés de los proveedores de banda ancha es obtener contenido exclusivo para obtener una ventaja en el mercado respecto de otros proveedores de banda ancha y, si usted lo analiza, este tipo de arreglos desplaza del mercado a otros proveedores de banda ancha, particularmente si la exclusividad es respecto de contenidos, ya que éstos son los que tienen mucho valor para los consumidores.

Para concluir: los proveedores de banda ancha y los proveedores de contenidos tienen incentivos para efectuar arreglos mutuamente preferenciales, de manera particular entre los proveedores más importantes, conducta que representa el principal reto para la autoridad que define la política pública y la que la regula (me refiero a la Cofetel, que preside Héctor Osuna), porque esa práctica «de alta rentabilidad para las empresas dominantes», limita la competencia tanto en la provisión de contenidos como en la de banda ancha.

Fuente: El Financiero, Alicia Salgado