Si bien Fotolog nació en 2002, la aceleradora Wayra, de Telefónica, revive el proyecto como la ‘primera gran red social’.
Fotolog renace huyendo de lo que el equipo define como una ‘adicción digital’ que busca lucrar aprovechándose de la privacidad del usuario.
‘Por eso creamos Fotolog, para tener una red social diferente, que no manipule nuestra mente’, comenta el equipo.
Un grupo de emprendedores radicados en España, México, Argentina, Brasil y Estados Unidos, bajo el paraguas de la aceleradora Waira (Telefónica), recoge lo que en su día fue el espíritu de la red social.
El renacido proyecto parece huir precisamente de lo más antipático de las redes y que ahora sumerge a los más jóvenes: el ‘postureo’, la alabanza fácil, pero también el acoso y el cyberbullying.
Fotolog huye de las publicaciones que persiguen ‘la aprobación de los demás’.
Los promotores del proyecto también mencionan en su manifiesto el conocido síndrome FOMO (fear of missing out) que azota a las redes actuales.
Este síndrome describe una ansiedad ‘social’ que viven los más jóvenes cuando no están conectados y sienten que están perdiendo algo.
‘Queremos acabar con el consumo banal de contenido, y permitirte ver qué está pasando en tu círculo de amigos, sin el miedo de estar perdiéndote algo’, explican.
El nuevo Fotolog nace con una base de 2 millones de usuarios y mantiene todas las fotografías del pasado, aunque dejan claro que este experimento lo ha creado un nuevo equipo y una nueva visión.
La aplicación de Android está ya disponible, pero la de iOS está pendiente de aprobación por parte de la App Store de Apple, con lo que se espera que en unos días esté disponible.
Los antiguos usuarios podrán recuperar su colección de fotos, pero aquellos que deban recuperar sus claves en el antiguo sistema, deberán pagar un importe por concepto de trámites internos.