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Teléfono de Google: un androide en evolución

En películas y obras de ciencia ficción, los androides normalmente inspiran ternura o temor. Aquí los pros y los contras del G1 y el iPhone

En películas y obras de ciencia ficción, los androides normalmente inspiran ternura o temor. Pero en la vida real apenas pueden caminar. Así que no sorprende que el software Android del primer teléfono celular de Google sea en cierta forma una decepción.

El teléfono G1, fabricado por la taiwanesa HTC Corp., tiene programado salir a la venta en Estados Unidos el 22 de octubre. Es un dispositivo mitad teléfono, mitad proyecto científico.

Olvide las comparaciones con el iPhone de Apple; no iguala su elegancia y sencillez. Eso no es siempre algo malo. Por ejemplo, puede retirar la batería del G1. En el iPhone, eso implica un viaje al centro de servicio.

Tampoco comparten el rechazo de Steve Jobs a los botones; el G1 tiene siete (ocho si incluye el «trackball»). Eso sin contar el teclado deslizable.

Quienes critican al iPhone porque sólo permite la escritura a través de su pantalla disfrutarán esta característica, aunque el resultado es un aparato más grueso.

Pero es el software lo que hace de este teléfono un Android(e). Google lo hizo poderoso al desarrollar un software de búsqueda en el ambiente abierto y no controlado de internet, donde cualquiera puede crear y distribuir cualquier clase de programas.

Los teléfonos celulares son un mercado mucho más amplio que internet. Unas mil 400 millones de personas usan actualmente la red pero la Unión Internacional de Telecomunicaciones estima que para finales de año 4 mil millones de personas utilizarán celulares.

Google concluyó que sólo podrá florecer en este inmenso mercado si las redes celulares se abren tanto a la innovación en software como internet.

El Android es la respuesta: un sistema de software que permite a cualquier desarrollador crear fácilmente programas y servicios. Proveedores de telefonía móvil como T-Mobile han acogido bien la idea, lo mismo que desarrolladores independientes que esperan vender programas para teléfonos basados en Android.

El G1 ofrece un primer atisbo al Android en acción, y la vista no deja de tener sus encantos. No es sorpresa que se ofrezcan los servicios de búsqueda de Google; tiene una buena implementación de Google Maps, y su programa para ver videos de YouTube es mejor que el del iPhone.

Pero navegar por la red es otra cosa. El G1, por ejemplo, no permite «pinchar» la pantalla y aumentar el tamaño como lo hace el iPhone. No obstante, el cuadro magnificador que incorpora puede arrastrarse a cualquier parte de la página.

Y mientras Apple tardó más de un año en abrirse a desarrolladores externos, el G1 está listo desde el primer día, aunque la variedad va de lo inútil a lo maravilloso.

¿Alguien necesita una aplicación que convierte el teléfono en sismógrafo? Por el otro lado, está el ShopSavvy, que toma una foto del código de barras de un producto, y luego usa el GPS para encontrar el establecimiento más cercano con el precio más barato.

Locale, desarrollado por estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusetts, puede, entre otras cosas, rastrear su ubicación y, si por ejemplo detecta que está en una iglesia, modifica el timbre para que no perturbe a los feligreses. El programa tiene sus fallas, pero Android se enorgullece de abrirle sus puertas a los novatos.

Como todo androide, éste es un experimento en marcha. Y probablemente pasará un año o más para saber su resultado.

Fuente: El Universal, México