Con ello, el grupo liderado por Carlos Slim ingresa a la televisión digital en Chile
Telmex selló la compra de la operadora chilena de televisión satelital Zap TV.
La compañía ligada al mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, informó anoche sobre la adquisición de la empresa -cuya propiedad está en manos del Canal del Fútbol (CDF), en el que la ANFP posee un 80%, y el empresario Jorge Claro es dueño del otro 20%- tras finalizar un período de due diligence.
El gerente general de Telmex en Chile, Eduardo Díaz Corona, informó a la Superitendencia de Valores y Seguros (SVS) que el acuerdo se cerró el viernes pasado, «encontrándose pendiente la suscripción del contrato de compraventa correspondiente».
La operación estaría en torno a los 15 millones y 20 millones de dólares.
Zap TV partió en el año 2003. Pese a que es considerado un operador menor dentro del mercado de la televisión de pago -actualmente tiene cerca de 40 mil abonados, con una participación en torno al 2%-, la empresa posee un atractivo especial para Telmex.
Según fuentes de la industria, un foco estratégico para el impulso en Chile de la firma de capitales mexicanos está en el desarrollo residencial, mercado que la compañía ya ha abordado con servicios de larga distancia e internet banda ancha.
En los últimos años, la clave en la estrategia comercial es la «paquetización» de productos; esto es, ofrecer a precio de promoción todos los servicios de telecomunicaciones para el hogar.
Eso es justamente lo que busca Telmex con Zap, considerando que la firma ligada a Slim ya posee una red WiMAX, que permite la transmisión de voz y datos en un amplio margen sin necesidad de invertir en redes.
Ésta le entrega una cobertura a nivel nacional, lo que le permitiría ofrecer en todo el país planes que unan la oferta de banda ancha, larga distancia y televisión de pago, saliendo así a la competencia de empresas que ofrecen «packs», como VTR o Telefónica Chile.
La mexicana llegó a Chile en el año 2004, cuando compró el 40% de Chilesat al fondo de inversión Southern Cross.
Fuente: El Mercurio, Chile