Tesla reportó una baja del 13.5% en sus entregas durante el segundo bimestre, afectada en parte por las posturas políticas de derecha de Elon Musk y una gama de vehículos que algunos compradores consideran anticuada.
Para evitar una caída anual más pronunciada, la compañía necesita entregar más de un millón de autos en la segunda mitad del año, algo que analistas ven difícil debido a la incertidumbre económica y posibles recortes en los incentivos para autos eléctricos.
La firma automotriz sigue posponiendo la producción de un modelo más económico, prometido para junio, mientras que competidores chinos con vehículos eléctricos más accesibles continúan ganando terreno.
La tensión entre Musk y el presidente Donald Trump en torno a la reforma fiscal genera preocupación entre inversionistas, ya que podría alejar a más compradores y dar pie a una mayor regulación sobre los robotaxis, un componente clave en la valuación multimillonaria de Tesla.
En China, Tesla logró frenar la caída en ventas tras ocho meses consecutivos, impulsada por el nuevo Model Y. También se reportaron mejoras en mercados como Noruega y España, donde anteriormente las posturas políticas de Musk habían afectado el desempeño comercial.