Travis Kalanick, fundador y director general de Uber, anunció que deja su puesto debido a las presiones de accionistas y poco después de haber anunciado una excedencia, según el New York Times.
‘Amo Uber más que nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores de hacerme a un lado para que Uber pueda volver a crecer y no distraerse con otra pelea’, afirmó Kalanick en un comunicado enviado al diario neoyorquino.
Los accionistas se habían mostrado molestos por los últimos escándalos y habían expresado preocupación sobre posibles abruptas caídas en su valor como consecuencia de ello.
El hasta ahora CEO mantendrá, no obstante, un puesto en el consejo de administración de la empresa.
Kalanick, de 40 años, había anunciado la pasada semana que se ausentaría de sus funciones durante un tiempo no especificado para centrarse en sí mismo y reflexionar sobre cómo construir un equipo líder ‘de categoría’.
La salida del máximo responsable de Uber llega tras una investigación interna de la cultura corporativa de la compañía realizada por la firma del exfiscal general de Estados Unidos Eric Holder y motivada por denuncias de acoso sexual y discriminación en la empresa.
El exfiscal fue contratado a principios de año después de que una ingeniera de software alegara que la dirección de Uber había ignorado sus quejas y las de otras compañeras sobre situaciones de acoso y sexismo por parte de sus superiores.
A comienzos de junio, Uber despidió a 20 empleados como consecuencia de una segunda investigación sobre casos individuales de malas conductas relacionadas con el acoso sexual y psicológico y la discriminación
Uber, fundada en 2009, ha revolucionado el transporte privado en todo el mundo, puesto en jaque a la industria del taxi y alcanzado un valor de 68,000 millones de dólares, con inversores que incluyen desde grandes firmas como BlackRock o el fondo de inversión público de Arabia Saudí a pequeños accionistas.
Además de la polémica sobre su cultura corporativa, Uber tiene otros frentes abiertos: una querella de la matriz de Google, Alphabet, por el supuesto robo de información sobre coches autónomos y una investigación federal sobre sus operaciones de negocio.
Recientemente, la compañía admitió haber retenido por error millones de dólares a sus conductores neoyorquinos durante unos dos años.
EFE