Travis Kalanick, exdirector ejecutivo de Uber, cortará sus últimos vínculos con la compañía que fundó hace una década y a la cual ayudó a convertirse en una de las startups más valiosas y controvertidas del mundo.
Kalanick, de 43 años, ha vendido todas las acciones restantes del gigante del transporte y planea concentrarse en su nuevo negocio y en sus esfuerzos filantrópicos.
‘Uber ha sido parte de mi vida durante los últimos 10 años’, dijo el ejecutivo en un comunicado el martes pasado.
Al final de la década, y con la empresa ‘ahora pública, me parece el momento adecuado para concentrarme en mi negocio actual y mis actividades filantrópicas’.
Con Kalanick completamente separado de Uber, los analistas de Wedbush Securities dijeron que podría ayudar a las acciones de la compañía, ya que su presencia continua en el directorio fue una distracción’.
Kalanick vendió los 5.8 millones de acciones restantes antes de renunciar a la junta el lunes por la noche, dijo una portavoz, por una cantidad de casi 3,000 millones de dólares, según cálculos de Bloomberg.
Antes de que expirara el bloqueo, Kalanick tenía una participación del 6% en Uber, lo que lo convirtió en el mayor accionista individual de la empresa.
Las ventas de Kalanick significan que tiene una gran potencia financiera para otros proyectos. Creó un fondo llamado 10100 en marzo de 2018, diciendo en un tuit que se centraría en sus ‘pasiones, inversiones, ideas y grandes apuestas’.
El fondo manejará las inversiones en filantropía con fines de lucro de Kalanick y planea invertir en bienes raíces, e-Commerce e innovación emergente en China e India, según su sitio web.
La salida de Kalanick del directorio de Uber entrará en vigencia el 31 de diciembre, según un comunicado. La junta de 12 personas de Uber se ha reducido constantemente desde que la compañía se hizo pública en mayo, y ahora tendrá cuatro vacantes.