El año no ha comenzado de la mejor manera para la tecnología en el Reino Unido. El financiamiento de riesgo ha desaparecido, lo que ha llevado a reducciones de personal y a un ajuste en los gastos por parte de las empresas.
Además, el colapso de un banco ha impactado negativamente a las nuevas empresas del sector.
Los directores ejecutivos de dos de las empresas tecnológicas más grandes de Gran Bretaña, Deliveroo y Revolut, han criticado a los reguladores por sofocar la innovación. Como si esto fuera poco, la joya de la corona de la industria, Arm, ha optado por cotizar en Estados Unidos, lo que ha dañado la imagen de Londres como una atractiva capital de inversión.
Aunque el primer ministro Rishi Sunak prometió convertir al país en una ‘superpotencia’ científica para finales de la década, los ejecutivos se han opuesto a las sumas de dinero propuestas para respaldar la inversión.
Por ejemplo, mientras Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron inversiones de 50,000 millones y 46,300 millones de dólares respectivamente, se destinaron solo 1,200 millones de dólares para impulsar el desarrollo nacional de semiconductores en el Reino Unido.
El director ejecutivo de Graphcore, una startup de chips británica, ha advertido que estas inversiones insignificantes en tecnología local serán rápidamente superadas por los gigantes extranjeros.
No obstante, hay ciertas razones optimistas que sugieren que la locura mundial por la inteligencia artificial (IA) podría representar la mejor oportunidad para que el Reino Unido se convierta en una potencia tecnológica y evite una recesión paralizante.
Saul Klein, socio gerente de LocalGlobe LLP, sostiene esta idea y afirma que la prioridad estratégica de Google, el desarrollo de la inteligencia artificial, ahora está en manos británicas, ya que la compañía ha ubicado sus unidades de investigación de IA bajo la dirección de DeepMind, en su laboratorio con sede en Londres.
Esto podría impulsar el liderazgo del Reino Unido en el desarrollo de la IA a nivel mundial, según tecnólogos como Klein, quien también es miembro del Consejo de Ciencia y Tecnología de Sunak.