Con la pulsera inteligente Fibit, que hace un seguimiento de la actividad y el ritmo cardíaco en general el estado de salud del usuario, un hombre estadounidense con una arritmia logró salvar la vida.
Este fue el caso de un paciente de 42 años que llegó a la sala de urgencias de Camden, New Jersey, con una fibrilación auricular —una alteración irregular y rápida del ritmo cardíaco— reciente, pero de una duración desconocida.
El uso de un desfibrilador sin la necesaria información puede dañar el corazón; pero no usarlo, puede tener el mismo resultado.
En ese momento los médicos comprobaron que el hombre llevaba un dispositivo para medir el ritmo cardíaco. Al revisar la aplicación del móvil que conecta con la pulsera (Fitbit Charge HR) identificaron que la arritmia había comenzado tres horas antes, lo que permitía aplicar una descarga eléctrica al corazón del paciente ya en la sala de urgencias.
La aplicación revelaba que la línea base del pulso del paciente era entre 70 y 80 latidos por minuto y desde el momento de la convulsión había ocurrido un incremento inmediato y persistente de latidos por minuto hasta entre 140 y 160, explica el informe de la investigación.
Gracias a esta información, los médicos interpretaron que la arritmia no estaba causada por una condición crónica y decidieron aplicar las descargas eléctricas para que volviera al ritmo cardíaco normal.
Este puede ser el primer caso conocido en el que este tipo de dispositivos ayudan a los médicos a tomar una decisión tan directa e inmediata sobre qué hacer con un paciente en caso de emergencia.
Sin embargo, estos wearables ya han demostrado su utilidad en la toma de determinadas decisiones médicas.
Con información de El País