Con un inicio arrollador, surge Vero, una nueva red social que compite con Facebook.
La idea de los creadores de Vero es mantener una plataforma completamente libre de publicidad y de algoritmos que alteren el contenido y donde la privacidad del usuario sea la máxima prioridad.
En Vero, el dueño del perfil deja de ser el producto, justo el modelo de negocio contrario al de Facebook y Google, marcas en las que el usuario se encuentra en el blanco y es el centro de la monetización.
Todo surge porque un grupo de emprendedores entendió que todavía hay un hueco en el segmento de la redes sociales.
Hasta ahora su idea ha sido un fenómeno. La nueva aplicación -disponible en iPhone y Android– ha tenido un estreno arrollador y sus servidores apenas se dan abasto para atender el aluvión de nuevas altas y contenido que sus primeros usuarios se esfuerzan en generar.
De hecho, en términos sencillos, se trata de un híbrido entre Instagram y Facebook, que cuenta con un muro en el que el usuario puede subir fotos, lugares o recomendar libros o películas.
Vero ofrece una nueva experiencia en la que se pueden aglutinar toda clase de actividades, incluyendo enlaces para artículos, en una interfaz muy limpia y sencilla de usar
En buena medida, Vero se está beneficiando de su estrategia para multiplicar sus usuarios en el lanzamiento: el primer millón de altas podrá usar la red de forma totalmente gratuita de por vida, aunque su modelo de negocio se basa en la suscripción de usuarios.
Facebook por su parte, está comprobando cómo el tiempo de permanencia es cada vez menor, y además, las autoridades están tomando cartas en el asunto de la privacidad.
Vero aún no especifica el importe de la suscripción, pero se
espera que esté al acceso de todos y sea similar a las suscripciones que ya existen.
Ante la saturación de altas, se puede pensar que la idea puede funcionar, pero este proyecto se enfrenta todavía a dos grandes problemas.
El primero es el experimentado por proyectos similares como Peach o Ello, que también vivieron arranques fulgurantes y ahora ya no se sabe de ellos.
El segundo obstáculo es el problema de la solvencia, ya que mantener una red de estas características exige mucho capital y conocimiento.
Aún así, Vero puede vivir como herramienta de nicho y para un perfil selecto, lo cual no estaría nada mal.
