En un periodo en que Estados Unidos busca atraer a más trabajadores cualificados a la fabricación de semiconductores, muchos empleados actuales están reconsiderando si desean permanecer en sus puestos.
Lo anterior se desprende de un informe de McKinsey que destaca los desafíos laborales en la industria de los chips.
Según el reporte, más del 50% de los empleados de la industria de semiconductores y electrónica dijeron en 2023 que es algo probable que abandonen sus empleos actuales en los próximos tres a seis meses.
Esto representa un aumento de aproximadamente dos quintas partes de los trabajadores, con respecto a 2021. La razón más comúnmente citada fue la falta de desarrollo profesional, seguida de una flexibilidad laboral limitada.
‘Alrededor de un tercio de la población en la industria tiene más de 55 años’, dijo un experto. ‘Estamos empezando a ver señales de que parte de esa población está cada vez menos satisfecha’.
Esta es una señal preocupante para los fabricantes de chips como Intel y Taiwan Semiconductor Manufacturing, que están construyendo enormes fábricas de semiconductores en Estados Unidos, impulsados por la Ley de Ciencia y Chips de 2022. La ambiciosa expansión depende de encontrar suficientes trabajadores para equipar y dotar de personal a las instalaciones.
Empresas, universidades y gobiernos locales han desarrollado nuevos programas de formación para crear una reserva de talento.
Pero incluso las proyecciones optimistas sobre el número de graduados que saldrán de esos programas no resuelven un déficit considerable, según McKinsey. Algunas proyecciones sugieren que podría haber casi 70,000 puestos vacantes para finales de la década.
El desafío abarca tres grupos de mano de obra distintos: trabajadores de la construcción, técnicos que diseñan e instalan equipos durante las fases finales de la construcción, y técnicos e ingenieros que mantienen las instalaciones en funcionamiento una vez construidas.
El informe de McKinsey estima que los programas de desarrollo de la fuerza laboral específicamente para semiconductores están en camino de producir alrededor de 12,000 ingenieros y 31,500 técnicos para 2029. Pero una sola instalación de chips de vanguardia requiere hasta 1,350 ingenieros y 1,200 técnicos para funcionar.
La falta de mano de obra calificada en la construcción ya ha llevado a que TSMC retrase el cronograma de construcción para su primera instalación en Arizona.
Y el auge de la construcción en todo el país, que abarca no solo los semiconductores sino también la energía e infraestructura limpia, significa que muchos proyectos compiten por el mismo grupo limitado de talento.