El 64% de los trabajadores cree que la robótica y la inteligencia artificial acabarán con más trabajos de los que crearán.
Lo anterior se desprende de una encuesta realizada entre más de 7,000 empleados de los siete países con más inversión en este sector.
Martin Lechner, director ejecutivo de la Unidad de Nuevas Tecnologías en Messe München GmbH, informó de más del 70% de los trabajadores considera que los robots sustituirán a los humanos en tareas peligrosas, como la carga de pesos o la manipulación de ciertos elementos, y lograrán una mayor precisión en la producción.
No obstante, más del 50% de los encuestados piensa que es importante que los robots sustituyan los trabajos de menor cualificación.
Sin embargo, el 54% no cree que las políticas públicas estén apoyando, ya sea mediante inversión en educación o entrenamiento, la transición del trabajador al mundo digital.
Por su parte, Guy Michaels, de la London School of Economics, presentó los resultados de un estudio que analiza datos de trabajadores suecos y estadounidenses, desde la década de los ochenta hasta hoy, y el impacto que la tecnología ha tenido en el empleo.
Las conclusiones de la investigación valoran el impacto positivo que los robots industriales han tenido en mejorar la productividad, pero también que han reducido los trabajos no cualificados, con el consiguiente aumento del paro.
‘El horizonte del cambio todavía se percibirá dentro de varias décadas y, aunque muchos trabajos han sido sustituidos y reconvertidos a lo largo de la historia, es razonable esperar la pérdida de empleos’, agregó Michaels.
El gerente de VDMA Robotics, Patrick Schwarzkopf, señaló que el mundo se ha adaptado a la revolución de los robots de forma gradual, pero alertó de que el desarrollo en este área se ha precipitado en los últimos años sin que la sociedad esté preparada para ello.
Schwarzkopf informó también que el 74% del suministro de robots industriales está concentrado en cinco mercados: China, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Alemania.
Puntualizó además que la primera industria en su adopción y adaptación ha sido la de la automoción, por encima de la electrónica, donde está cada vez más extendido su uso.
Aunque estas nuevas tecnologías son ‘viables en todo el mundo, independientemente del grado de desarrollo de los países’, según el profesor Michaels, pueden aumentar la brecha entre los países más ricos y los que están en vías de desarrollo, sin posibilidades de invertir en investigación.
En la era de la revolución digital, según el experto, los robots industriales y de servicios están constantemente ‘batiendo nuevos récords de ventas’ en aquellos países que no quieren quedarse a la zaga y que pueden permitirse destinar fondos a este sector.
De hecho, recordó a modo de ejemplo que el Gobierno británico están invirtiendo ‘millones de libras’ en inteligencia artificial e investigación robótica.
Schwarzkopf indicó, por su parte, que el próximo paso en la agenda de la transformación digital y en la perspectiva de las tecnologías robóticas más ‘futuristas’ es la colaboración directa ‘humano-robot’, donde se esperan grandes avances en un breve espacio de tiempo.