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Nuestros datos se encuentran en los más insólitos lugares

La ingente cantidad de datos que se producen permanentemente, se manejan y almacenan en lugares físicos que parecerían insólitos por sus condiciones y lejanía

Centro de datos

Cada minuto se suben 300 horas de video a YouTube y se envían 236,500 millones de correos electrónicos al día en todo el mundo. La cantidad de información es inimaginable y tiene que almacenarse en algún lugar físico.

Cuando subimos fotografías a la nube parecería un sitio etéreo lejos de la realidad, pero lo cierto es que están en un lugar. Además, el aumento de personas con acceso a Internet y los avances en las conexiones como la llegada de 5G y el Internet de las cosas, favorecerán un incremento masivo del volumen de datos.

Desde luego, esto plantea un reto de almacenamiento y espacio, puesto que los centros de datos donde se almacena este alto volumen de información ocupan un espacio físico considerable. Los servidores en los que se almacena esta cantidad ingente de datos tienen ciertos retos para encontrar una localización óptima.

Pon una parte, tienen que estar en funcionamiento las 24 horas del día y sin fallas, lo que genera mucho calor y la refrigeración de estos espacios es uno de los escollos a salvar. Por otro lado, deben situarse lo más cerca del usuario final, ya que los datos tienen que recorrer menor distancia y garantizar la menor latencia posible.

Facebook es una de las mas grandes empresas tecnológicas del planeta, y como tal tiene que gestionar inmensas cantidades de datos. La compañía de Marc Zuckerberg era consciente de que tenía que abordar el asunto de la refrigeración y decidió instalar un data center en el círculo polar ártico, en la ciudad sueca de Lulea. El sistema se beneficia de la baja temperatura del aire exterior para refrigerar el interior y depender en menor medida de generadores adicionales.

En el 2008 se abrió en Suecia un centro de datos en un antiguo búnker nuclear de la época de la Guerra Fría. El Bahnhof Pionen está situado a 30 metros bajo tierra y está custodiado por una puerta de acero de 40 cm de grosor. Para que los trabajadores no noten que estén bajo la tierra todo el tiempo, el centro cuenta con jardines verticales, cascadas de agua, y un tanque para peces de 2,600 litros.

Por otra parte, la compañía Interxion va a convertir una antigua base de submarinos de la Segunda Guerra Mundial situada en Marsella en un centro de datos, aprovechando la estructura y la seguridad con la que fue construido.

El círculo ártico en Suecia y Finlandia es apropiado para estas tecnologías por las temperaturas que se generan. En Noruega también se encuentra un curioso centro de almacenamiento de datos en una antigua mina.

Otro lugar insólito es el sótano de una catedral en la capital de Finlandia, donde hay dos catedrales que se encuentran entre los principales íconos de la ciudad. La catedral ortodoxa de Upensky alberga bajo sus cimientos algo curioso: un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo este refugio ahora es un centro de datos. Bajo tierra, como la temperatura se mantiene fría para los servidores y además, el calor que emiten se absorbe y se distribuye por el sistema de calefacción de la zona, se tiene energía suficiente para 500 hogares, la mejor forma de aprovechar la energía en una relación simbiótica.

Pero parece que esta iglesia no es la única con estas características: la capilla de Salem en Leeds, Reino Unido, fue cerrada del 2001 para convertirla también en un centro de datos.

Por su parte, Microsoft está desarrollando un proyecto piloto de centro de datos sumergible en la costa de Escocia. Estos centros tienen el tamaño de un contenedor de transporte, unos 12 metros de longitud y son fáciles de instalar, puesto que son prefabricados. Aunque se trata de un proyecto a prueba, es una muestra más de las soluciones originales que están llevando a cabo para garantizar una red de calidad.