La necesaria recuperación de las organizaciones ante la pandemia y su adaptación a los nuevos modelos de negocio, están dando lugar a una renovada visión de las empresas y a una revaloración de sus relaciones e interacciones con los trabajadores, dentro de nuevos modelos dotados de mayor tecnificación.
Ante la necesaria adaptación a los nuevos entornos, que ya son notorios y evidentes, tanto directivos como empleados esperan que haya cambios de alcance estratégico, táctico y sistémico para no solo enfrentar los desafíos actuales, sino para sacar provecho de las nuevas condiciones que prevalecen en los mercados.
La idea es sustentar, una visión de corto plazo ante el fin de la pandemia, y de largo plazo para el desarrollo y permanencia de las organizaciones ante renovados paradigmas.
Frente a este nuevo entorno revitalizador, se justifica cuestionar todo y validar desde los modelos de negocio hasta los objetivos, estructuras, tácticas y sistemas corporativos, con su componente tecnológico.
De hecho, empleadores y empleados aspiran a que el fenómeno de la pandemia sea un detonador de cambios positivos para garantizar un futuro tangible y promisorio frente a un nuevo entorno laboral.(*)
El 79% de los empleados encuestados en un estudio de Salesforce, cree que la seguridad en el trabajo debe ser una alta prioridad para las empresas.
En particular, respecto a los recursos humanos, se están generando expectativas de mejora en las capacidades y facultamiento tecnológico para un desarrollo personal que permita lograr una presencia más protagónica dentro de las empresas. De hecho, según la investigación antes citada, el 50% de los empleados están interesados en el aprendizaje y la capacitación en procesos y sistemas operados en línea.
En general, se percibe la necesidad de reinventar las operaciones y procesos de negocio, incluyendo las relaciones e interacciones con los clientes.
Un factor importante respecto a los recursos humanos es que los empleados están conscientes de que necesitan readaptarse y esperan el apoyo de las empresas para fincar una nueva comunidad de empleados mejor dotados para enfrentar el cambio.
Todo esto, supone la necesidad de disponer de herramientas y procesos de readiestramiento para acceder a las exigencias de la innovación tecnológica.
Estamos en la coyuntura ideal para intentar cambios relevantes y significativos que aseguren la lealtad, compromiso y el rendimiento necesario para incorporar una nueva era en la estrategia corporativa de recursos humanos.
Tal y como ocurre en la Administración de Relación con Clientes (CRM), que se ha constituido como un paradigma para las empresas, ahora resulta factible diseñar sistemas de relacionamiento individualizado con los trabajadores, construyendo y exportando bases de datos con sistemas analíticos avanzados y dotados de inteligencia artificial para la planta de trabajadores, que vaya más allá de los actuales registros administrativos y contables, con fines de evaluación y control.
El valor y la trascendencia de la fuerza de trabajo es un activo vital para las empresas, tal y como ocurre con la base de clientes.
La lealtad, permanencia y productividad de los trabajadores justifica, como en el caso de los clientes, todo un modelo de relacionamiento con las empresas, sustentado en arquitecturas de bases de datos, analíticos, inteligencia artificial y demás tecnologías, que registren a nivel individual sus características personales, perfiles, modelos de comportamiento, facultamiento, expectativas, historial, aspiraciones, rendimiento, necesidades, etc. Todo esto, con el fin de personalizar el relacionamiento y los planes de capacitación y desarrollo de los empleados, así como su valoración individual en un contexto de amplio espectro.
Con los trabajadores, al igual que con los clientes, se requiere tener un conocimiento cercano e individual para establecer un relacionamiento que los rescate del anonimato y la masificación impersonal.
Finalmente, se trata del relacionamiento individual aplicado a los trabajadores dentro de un nuevo modelo de la administración de recursos humanos, sustentado en las capacidades tecnológicos que ya están disponibles y operando.
Ahora, todo es posible si se dimensiona la importancia y trascendencia de la población de colaboradores y los recursos tecnológicos necesarios, en particular sistemas concebidos dentro del concepto de la Administración de la Relaciones con Empleados (ERM).
(*) Se recomienda ampliamente el acceso y lectura de “El futuro del trabajo: una nueva investigación de Salesforce que revela como deberían de trabajar las organizaciones en un mundo pandémico”.