Actualmente, siguen surgiendo plantas y almacenes al sur de la frontera de Estados Unidos con México, a medida que las empresas chinas evitan los aranceles estadounidenses.
Lugares privilegiados entre Monterrey, la capital industrial de México y la frontera con EU, se han convertido en un refugio para los fabricantes chinos que buscan eludir los aranceles y acortar las cadenas de suministro que se han visto afectadas por la pandemia.
Las empresas chinas tienen plantas establecidas y se están construyendo otras más, dicen los funcionarios de un parque, que esperan tener 35 negocios dentro de dos años.
Predicen que eventualmente habrá 15,000 personas trabajando en un sitio llamado Hofusam, de los cuales, aproximadamente el 10% serán gerentes chinos, y planean construir restaurantes para atenderlos, así como casas para albergarlos,;ya hay más de 1,000 millones de dólares en inversiones aquí, dice que César Santos, que era niño en la década de los 60.
La proximidad del mercado de consumo más grande del mundo no es el único punto de venta de México. Gracias al pacto del libre comercio del país con Estados Unidos y Canadá, una silla fabricada en las instalaciones de Kuka en Hofusan, puede cruzar la frontera libre de impuestos.
La inversión china en México saltó de 154 millones de dólares en 2016 a 271 millones al año siguiente, cuando Donald Trump asumió el cargo, amenazando con una guerra comercial.
Las quejas de la cadena de suministro de la pandemia y la angustia causada por la represión tecnológica del presidente chino Xi Jinping han catapultado más empresas chinas en todo el pacífico, con una inversión en México de poco menos de 500 millones de dólares el año pasado.
‘China está buscando servir al mundo, y no todo va a suceder desde la propia China, debido a muchas tensiones’, dice Shannon K. O’Neill, autora de Globalización Myth y columnista de Bloomberg, quien opina que ‘entonces la instalación de empresas chinas en México es parte de este proceso de cambios en la globalización’.
Los formuladores de políticas chinos han bendecido el impulso de las empresas de bajo margen para la introducción en el extranjero a medida que el enfoque de Beijing cambia para fomentar las industrias manufactureras avanzadas, como los semiconductores y los vehículos de nuevas energías. En 2015, el gabinete de China emitió un documento alentando la ‘cooperación internacional en capacidad de producción’.
El grupo Holley, que no tenía presencia en México, ahora está explorando sitios para dos o tres parques más en otras partes del país.
Una subsidiaria de Gezhouba Group, un conglomerado de construcción, dijo que planea construir un parque industrial cerca de Puerto Lázaro Cárdenas en el estado de Michoacán.
Contemporary Amperex Technology, el mayor fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos, está considerando ubicaciones en Chihuahua y Coahuila para una planta que podría abastecer a Tesla y Ford, un proyecto que podría tener un valor de hasta 5 mil millones de dólares.
Algunos sostienen que México estaría cosechando mayores recompensas si el presidente no hubiera asustado a los inverionistas con una retórica nacionalista, incluidos todos los planes para aumentar el control estatal del sector eléctrico, y el bloqueo de su administración a los esfuerzos de las empresas estadounidenses y europeas para invertir dinero en energía eólica y solar.
Es menos probable que las empresas chinas se asusten por el hábito del presidente mexicano de criticar a las empresas extranjeras, dado que muchas tienen experiencias operando en mercados emergentes, dice Mariana Rangel, politóloga del tecnológico de Monterrey.
‘Tienen experiencia en negociar e invertir con gobiernos que no son tan amigables con la inversión o donde hay mucha incertidumbre. Son inversionistas en África y también en América Latina, que tratan con gobiernos populistas’, comentó.
Pero algunos estados mexicanos están cortejando activamente en la inversión china. Nuevo León está construyendo dos supercarreteras en la frontera con Estados Unidos, incluida una para dar servicio a Hofusan, dice Rivas.
El Estado, como muchos de sus vecinos en la frontera también ofrece exenciones de impuestos sobre la nómina para empresas que cumplan con ciertos criterios. ‘Te puedo decir que ahora entre el 15% y el 20% de la inversión es china, antes no era ni el 5%’, asegura Iván Rivas, ministro de economía del estado de Nuevo León.