La Unión Europea inicia hoy la ley que hará que todos los dispositivos electrónicos vendidos en el mercado único utilicen un cargador único, de tipo USB-C, si bien los fabricantes tendrán dos años para implementar la normativa, que comenzará a ser obligatoria a finales de 2024.
El objetivo de la nueva legislación comunitaria es facilitar la vida de los consumidores, pero también reducir la basura tecnológica generada en la UE a partir de teléfonos móviles, tablets, libros electrónicos, cámaras digitales, videoconsolas y auriculares.
El actual sistema, en el que compartían espacio el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11,000 toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.
La nueva normativa pretende atajar esta cifra permitiendo a los consumidores comprar nuevos dispositivos electrónicos sin tener que adquirir un cargador adicional (lo cual ahorrará a los ciudadanos hasta 250 millones de euros anuales en cargadores innecesarios) e iguala también la velocidad para los dispositivos que permiten la carga rápida, sin importar el cargador que se esté usando.
En un principio, las computadoras portátiles no quedarán vinculadas a las nuevas normas, pero sí tendrán que cumplirlas como mucho tres años y medio después de la entrada en vigor de la norma, es decir, a mediados de 2028.