El objetivo del gobierno de Estados Unidos de restringir el acceso de China a semiconductores sofisticados con aplicaciones militares, se vislumbra como una tarea ardua de llevar a cabo a través de controles de exportación, según declaraciones del jefe de Arm Holdings, Rene Haas.
‘Resolver este problema no resulta sencillo al simplemente confeccionar una lista de componentes considerados críticos y aplicar directrices al respecto’.
Arm otorga licencias de diseño de procesadores a los principales fabricantes de chips a nivel mundial, y su tecnología está omnipresente en todos los dispositivos móviles actuales. Se encuentra en el corazón de los chips internos de Apple y se está expandiendo cada vez más hacia tareas de alto consumo energético, como centros de datos, inteligencia artificial y aplicaciones automotrices.
Las declaraciones del CEO de Arm se produjeron después de la emisión de nuevas regulaciones por parte de la administración del presidente Joe Biden, que pretenden dificultar la introducción de semiconductores y equipos de última generación en China.
El gobierno de Estados Unidos publicó un aviso de aproximadamente 450 páginas acerca de las restricciones, el cual Arm está actualmente evaluando, según Haas.
En gran medida, este esfuerzo está dirigido a controlar la distribución de potentes Unidades de Procesamiento Gráfico (GPU), utilizadas principalmente para impulsar sistemas de inteligencia artificial, y que Nvidia lidera en su venta. La adaptación a estas restricciones representa un desafío para dicha compañía.
Sin embargo, las GPU son solo una parte de una amplia gama de componentes que forman parte de los sistemas informáticos, incluyendo la Unidad Central de Procesamiento (CPU), señaló Haas.
‘Las GPU requieren CPUs; las GPU requieren memoria; las GPU requieren amplificadores de potencia. La lista de materiales que integran una placa de circuito es bastante extensa’.
Puede haber diferentes enfoques en cuanto a dónde se deberían establecer los umbrales. ‘Es un problema sumamente complicado de resolver si se intenta restringir el acceso por completo’, según Haas.