Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) desarrollaron un innovador sistema de control para dispositivos robóticos articulados, utilizando los movimientos del diafragma a través de la respiración.
Este sistema permitiría que un ser humano opere un tercer brazo robótico para diversas aplicaciones.
El proyecto, conocido como Third Arm Project, busca proporcionar a los individuos un miembro robótico que pueda asistir en tareas cotidianas o ser utilizado en situaciones de rescate.
Inicialmente concebido para ayudar a personas amputadas, el proyecto ha evolucionado para considerar la posibilidad de ser utilizado por aquellos con ambos brazos en pleno funcionamiento, pasando de un enfoque rehabilitatorio a uno de perfeccionamiento humano, según un comunicado de la EPFL.
El neuroingeniero Silvestro Micera, uno de los responsables de la investigación, destacó que este avance ‘abre nuevas y apasionantes posibilidades, mostrando que podemos controlar brazos suplementarios de manera simultánea al uso de los naturales’.
En los experimentos iniciales, se utilizó un entorno virtual para explorar el uso del diafragma, un músculo en forma de cúpula que separa los pulmones y el corazón del abdomen, para controlar un brazo digital.
En las etapas posteriores, se creó un brazo robótico real, aunque por el momento es bastante simplificado, consistiendo en una varilla que se puede extender o replegar para señalar objetos.
‘El control del tercer brazo con el diafragma es muy intuitivo; los usuarios aprenden a operarlo muy rápidamente, y ese control no afecta a la capacidad del usuario para hablar de forma coherente’, señaló Giulia Dominijanni, investigadora del proyecto.
El estudio, publicado en la revista especializada Science Robotics, tiene como uno de sus objetivos principales comprender cómo el sistema nervioso reacciona ante la realización de operaciones completamente nuevas y si esto puede afectar la capacidad de aprendizaje. Esta investigación podría resultar beneficiosa para personas discapacitadas o afectadas por ictus.
Solaiman Shokur, coautor del estudio, destacó: ‘Se trata de adquirir nuevas funciones motrices, mejoras que vayan más allá de las funciones existentes, ya sea en una persona sin discapacidad o con discapacidad, enlazando la rehabilitación con el perfeccionamiento’.
El equipo de investigación también está explorando la posibilidad de utilizar los músculos de las orejas, responsables de movimientos muy leves, para realizar nuevas tareas, como desplazar el ratón de un ordenador. El estudio promete ofrecer nuevas sorpresas en el futuro a medida que se avanza en esta innovadora investigación.