El panorama de ciberseguridad se transformará en 2025, impulsado por tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA), el edge computing y la adopción generalizada de entornos multinube.
Tenable muestra a continuación los retos y oportunidades clave para proteger datos y sistemas en este contexto cambiante:
1. Datos distribuidos y riesgos en crecimiento
El aumento de datos en entornos multinube facilita el acceso de ciberdelincuentes a información sensible, incrementando el riesgo de violaciones. La explotación de grandes volúmenes de datos requerirá controles de seguridad más robustos y específicos.
2. IA como herramienta de ataque avanzada
Los ciberdelincuentes están adoptando asistentes virtuales basados en IA para lanzar ataques más efectivos y rápidos. Las medidas tradicionales serán insuficientes frente a estas tecnologías, exigiendo estrategias innovadoras para contrarrestarlas.
3. La protección de datos como prioridad estratégica
A medida que la IA se integre en más procesos, la seguridad de datos distribuidos será esencial. Las organizaciones deberán equilibrar la innovación con medidas sólidas de protección para evitar brechas críticas.
4. El contexto como clave para mitigar riesgos
Con un volumen creciente de vulnerabilidades, priorizar amenazas basadas en su impacto será vital. Las empresas que integren análisis de contexto optimizarán su capacidad de respuesta y reducirán riesgos significativamente.
5. La seguridad multinube se convierte en norma
El uso de múltiples proveedores de nube será esencial para diversificar riesgos, exigiendo plataformas de seguridad que ofrezcan visibilidad y control unificado en entornos complejos.
6. La adopción de IA supera la educación en seguridad
El rápido avance de la IA está dejando atrás las capacidades educativas y de protección, creando una brecha crítica que las empresas deberán cerrar para mitigar amenazas emergentes.
7. Evolución del panorama en México
La transición a infraestructuras multinube está transformando las operaciones empresariales en México, pero también amplía la superficie de ataque. Las estrategias de ciberseguridad deberán anticiparse a configuraciones complejas y garantizar la protección frente a identidades con privilegios excesivos.
En 2025, la seguridad será un desafío estratégico que exigirá enfoques predictivos, infraestructuras resilientes y una integración profunda de tecnologías avanzadas. Las empresas deberán priorizar la visibilidad, el análisis continuo y la respuesta ágil para mantenerse protegidas en un entorno de amenazas en constante evolución.