La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha identificado un aumento alarmante en las estafas en línea relacionadas con la trata de personas, señalando a Asia Suroriental como el principal foco de esta actividad.
Miles de víctimas, engañadas con ofertas laborales ficticias, son obligadas a realizar fraudes desde instalaciones vigiladas que operan como prisiones.
El Informe Global sobre Trata de Personas 2024, presentado en Viena, destaca que la explotación para cometer actividades delictivas, incluida la ciberdelincuencia, representa ahora el 8% de los casos registrados, comparado con apenas el 1% en 2016.
Una modalidad emergente es la trata con fines de fraude en internet, especialmente en países como Myanmar, Camboya y Laos. En estos lugares, las víctimas, principalmente jóvenes con conocimientos tecnológicos y dominio de idiomas, son confinadas en complejos cerrados, obligadas a contactar objetivos, y manipuladas para promover inversiones fraudulentas o apuestas ilegales.
Fabrizio Sarrica, investigador de la ONU, describió estas instalaciones como ‘verdaderas cárceles’, donde las personas sufren violencia, amenazas y deudas ficticias para mantenerlas bajo control. Según Sarrica, las operaciones policiales han revelado centros con cientos de computadoras y miles de víctimas explotadas.
El fenómeno, que mezcla ciberdelincuencia, lavado de dinero y trata de personas, ya muestra señales de expansión hacia regiones como América Latina, alertó Ilias Chatzis, responsable de la sección contra la trata de personas de la ONUDD.
La ONU subraya la urgencia de abordar este problema como una forma moderna de esclavitud que afecta tanto a las víctimas como a las economías globales, especialmente por su rápida expansión fuera del Sudeste Asiático.