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El enorme potencial de los pagos móviles Los pagos por radiofrecuencia son viables tecnológicamente. ¿Qué falta para que los veamos hechos realidad? Por Jorge Cervantes Si 2010 fue el año de las tablets, el 2011 puede ser el año de los pagos por proximidad, al menos en los países cuyas sociedades llevan la delantera en el uso del dinero electrónico. Para México es más probable que lleguen en 2012. NFC, un habilitador Uno de los principales protagonistas de esta evolución del dinero tradicional que estaremos viviendo en los años siguientes es una tecnología de comunicación inalámbrica, conocida como NFC (Near Field Communication), una extensión de estándares de RFID (Identificación por Radiofrecuencia). Los dispositivos con NFC se comunican mediante campos magnéticos provenientes de antenas instaladas (por ejemplo, dentro del celular y en una terminal), y a través de esos campos se transmiten datos, que obviamente pueden ser encriptados. Las posibilidades de esta tecnología son muchas y van desde las industriales hasta las médicas, pero en el ámbito comercial la tendencia es aplicarlos al ecosistema de telefonía celular para ofrecer métodos alternativos de pago. Específicamente hablamos de micropagos, lo cual disminuiría la necesidad del cash o efectivo. Gracias a un celular equipado con tecnología NFC, se podrán pagar desde el teléfono estacionamientos, cine, cenas, taxis, autobuses y otros servicios. Los beneficios son muchos, siendo los principales el ahorro de tiempo y la comodidad de pagar sin estar cargando el dinero en efectivo, ahorrarse las largas filas de espera y llevar un mucho mejor control de cada gasto. Previo a la implementación de estos métodos de pago, se han venido realizando proyectos piloto para verificar la respuesta del mercado, de los consumidores y otros factores tecnológicos. En 2010, Telefónica, La Caixa y Visa implementaron en Cataluña un programa de pago mediante teléfono móvil con tecnología NFC, logrando operarlo entre más de mil 500 usuarios en 500 comercios. Por su parte, MasterCard ha integrado en ciudades europeas y estadounidenses el sistema PayPass, el cual funciona con RFID y ha logrado una buena aceptación como un beneficio más de las instituciones bancarias hacia usuarios y empresas. No está claro si el solo hecho de realizar pagos de forma sencilla acercando el celular a un aparato resulta suficientemente atractiva para que el mercado la adopte, pero lo cierto es que compañías como BlackBerry o Samsung ya están comercializando activamente dispositivos capaces de usar NFC. También existen varias cadenas de autoservicios y tiendas de conveniencia, por ejemplo en San Francisco o Nueva York, que usan el Nexus S para recibir pagos con NFC. Por el momento, Apple no está explotando esta tecnología y se ignora si el próximo iPhone la incluirá, aunque la compañía de la manzana ha dado señales de que esperará a que haya mayor madurez en el mercado. ¿Cuando llegarán a México los equipos con esta tecnología? Gonzalo Rojón, director de análisis de TIC para The Competitive Intelligence Unit, observa que será hasta 2012 cuando lleguen los primeros equipos con NFC. El estado actual de los pagos móviles en México y AL Según Portio Research, para 2014 las transacciones financieras móviles alcanzarán aproximadamente 63 mil millones de dólares en América Latina. Por su parte, México no ha impulsado esta industria, mientras en el mundo avanza a pasos agigantados. Es evidente que hay un portencial de mercado tristemente desperdiciado, ya que a finales de 2010 se dió a conocer que hay más de 83.5 millones de líneas móviles en operación en México, según cifras del GSMA. Y no solo es grande el mercado: la industria móvil en México obtuvo un crecimiento anual aproximado de 17% en 2010. “Es común que este tipo de industrias empiecen lento, pero ya vamos bastante tarde”, opina Ernesto Piedras, Director General de The Competitive Intelligence Unit. ¿Pero por qué teniendo un enorme potencial en este rubro, a la fecha no se ha explotado? En Chile, por ejemplo, ya se pueden comprar todo tipo de artículos con el celular, aunque debemos tomar en cuenta el avance de ese país en el tema de penetración de internet (la cual es de 85%, comparada con el 30% de México). Además, en el país sudamericano el uso de celulares está sumamente masificado; de hecho existen más equipos que habitantes en su territorio. De acuerdo con cifras de la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile correspondientes a 2010, existen 106.87 equipos por cada 100 habitantes. En México, la Cofetel indica que hay 80 celulares por cada 100 habitantes, aunque en el Distrito Federal la cifra se dispara hasta los 220 celulares por cada 100 habitantes. Potencial, hay. Mercado, también. Piedras opina que el desarrollo de la industria de pagos móviles debe ser impulsada por varios actores: las empresas tecnológicas, el gobierno y las entidades financieras. Considera además que existe una falta de demanda, y que culturalmente la sociedad aún no está preparada para estas transacciones, pero en otros paises han sido históricamente las empresas quienes impulsan la adopción de estos métodos de pago. ¿Hay futuro en la industria de pagos móviles? En México existen ya algunos algunos avances. Por ejemplo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) está pugnando por una regulación que permita avanzar rápidamente en el tema, asegura Piedras. También hay empresas interesadas, principalmente MasterCard y Telefónica, que reconocen las oportunidades y el potencial impacto que los pagos móviles pueden tener en el desarrollo del comercio. Lo que comenzó como un Joint Venture (JV) de MasterCard con Telefónica para brindar soluciones financieras móviles a 12 mercados de América Latina, ya es una nueva entidad independiente que sigue creciendo. En el caso particular de México, la visión de MasterCard es enlazar el segmento bancarizado con el no bancarizado a través de la tecnología móvil, actuando como un puente entre la industria financiera y las operadoras móviles. Sin embargo, fuentes de la empresa señalan que la agresiva penetración móvil, comparada con los todavía bajos niveles de bancarización de la población, plantea un importante reto relacionado con la inclusión financiera. Precisamente un proyecto de inclusión financiera encontraría la posibilidad de llegar a millones de mexicanos, dotándolos de métodos de pago basados en tecnología móvil. En aras de un mejor desarrollo económico y tecnológico en el país y en la región, debemos hacer lo posible por impulsar la industria de los pagos móviles. Existen las condiciones para que las empresas que le apuesten a este modelo tengan éxito, y quienes empiecen antes tendrán la oportunidad de posicionarse como líderes. |
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