La más reciente valorización de mercado de Apple sitúa a la empresa en 665 mil millones de dólares, lo que representa el valor más alto de la historia empresarial en términos de capitalización bursátil.
Este acontecimiento, por sí mismo extraordinario, debe valorarse como producto de una gestión directiva visionaria que anticipó y ajustó sus estrategias a un futuro tecnológico sin límites.
El resultado actual es el fruto de una cultura organizacional que parte de los consumidores y convoca a todos los integrantes de la empresa en torno a una constante: la creatividad, la imaginación y el ímpetu permanente por la innovación y el cambio.
La enorme propuesta de soluciones de valor que hace Apple a la industria genera un efecto multiplicador y de aceleración de innovaciones tecnológicas en toda la industria y por todos los agentes que participan en ella.
Steve Jobs no imaginó la dinámica y el enorme potencial de su obra cuando predijo en 2010 que Apple seria una compañía de 50 mil millones de dólares, cuando a ahora vale 665 mil millones.
Mas allá del fenómeno cuantitativo, la obra de Jobs provoca una euforia y un estímulo creciente para asimilar los desarrollos tecnológicos a favor de la calidad de vida y vigorizar un entusiasmo contagioso por sumarse al impulso creativo.