Wayra, palabra quechua que significa «viento», es el nombre de la academia establecida en 2011 por Telefónica en Colombia y que hoy es un modelo para la creación de empresas jóvenes de tecnología en América Latina, informa Colombia.inn.
Los «nuevos vientos» que vaticinó entonces Telefónica al poner en marcha esta iniciativa han impulsado numerosos talentos que han visto cómo su idea original se ha convertido en un negocio global.
En una entrevista con Colombia.inn, agencia operada por Efe, el director de Wayra Colombia, Carlos Alberto Castañeda, celebró que la decisión de poner en marcha esta escuela se diera en puertas de un ciclo de expansión económica y que hoy este país se perfile como un centro latinoamericano de generación de ideas y creación de empresas.
Wayra nació «como una iniciativa para que los talentos en el campo de las tecnologías y en el área digital se mantengan en los países de origen», apuntó Castañeda, para remarcar que llegó a Colombia justo cuando «la industria estaba empezando».
«El principal foco es encontrar equipos interesantes, con capacidad de llevar emprendimientos para convertirlos en empresas de éxito», aseveró.
Telefónica tomó como referencia las llamadas aceleradoras de negocios jóvenes de tecnología o startups de centros tradicionales y con experiencia como San Francisco (Estados Unidos) o Tel Aviv (Israel).
Hasta ahora Wayra ha apoyado y financiado 25 proyectos de emprendedores en Colombia, entre ellos un sistema de detección de celo en el ganado bovino o una red para invertir en los mercados de valores de América.
También aplicaciones para móviles y tablets que, por ejemplo, identifican a operarios que realizan visitas a domicilio o para hacer regalos al gusto vinculando Amazon y Facebook, ésta última ya comercializada en Estados Unidos con éxito.
Castañeda afirma que la sociedad del conocimiento ha cambiado el esquema tradicional de ver a Latinoamérica como proveedora de materias primas a mercados internacionales y que ahora lo que impera «es la transformación».
«Estamos convencidos de que en la economía global actual no tiene ninguna cabida solamente entregar y despachar servicios o productos», insistió.
También hizo alusión a la necesidad de alcanzar en América Latina la madurez en el campo de la innovación y las tecnologías y en ese sentido reconoció que Europa, Estados Unidos o Israel están a la vanguardia.
«La gran diferencia es que los mercados de capital están mucho más maduros y hay mucho más camino andado en el tema de riesgo», explicó en alusión a esas otras regiones.
No es otra cosa que la «cultura de inversión» que se refleja, en palabras de Castañeda, en lo que «piden los inversionistas a cambio».
Por ejemplo, prosiguió, «el emprendedor quiere tener un millón de dólares cuando apenas está comprobando la idea y solamente cede el 5 % del control de la empresa; por otro lado, el inversionista quiere poner 5,000 dólares y que le den el 80%».
Sobre el caso específico de Colombia, donde Wayra estableció su primera aceleradora de empresas tecnológicas, Castañeda vaticinó que está camino de convertirse en un foco regional en materia de innovación y emprendimiento tras los auges vividos en Argentina, Chile y Brasil.
EFE