A sólo cinco años de haber surgido, Uber opera en 311 ciudades y más de 58 países, con una planta de personal de 3,000 empleados y 1 millón de conductores. Su valoración alcanza los 50,000 millones de dólares y espera un crecimiento del 400% este año.
Dentro de sus proyectos, la empresa actualmente trabaja con la Universidad Carnegie Mellon en el desarrollo de un auto robotizado, para lo cual necesita resolver la limitación de los mapas.
Actualmente Uber utiliza los planos de Google, pero carece de información sobre la movilidad del tráfico. Por ahora, el buscador funciona con datos en tiempo real utilizando Waze, es por esto que Uber puja por hacerse de los mapas de Nokia, que si bien están pasados de moda, tienen un historial y confiabilidad muy sólidos.
Travis Kalanik, CEO de Uber, comenta respecto a los taxistas que se han visto afectados por este servicio: ‘Somos la mejor opción para el que quiera ganarse la vida conduciendo. La mayoría de los que trabajan con nosotros antes estaban en el taxi, hartos de pagar hasta 40,000 dólares al año por tener una licencia y un coche durante un horario fijo. Gracias a la tecnología, hemos creado el puesto de trabajo más flexible del mundo, sin horario y sin jefe’.
Según estimaciones de la empresa, es más barato este medio que tener un auto en propiedad: ‘Si se suman los estacionamientos, mantenimiento, gasolina y seguro, así como el tiempo empleado para estacionarlo, resulta más económico y eficiente’.
Con todo esto, sumado a sus proyectos y la percepción que se tiene de que cualquier servicio bajo demanda, ya sea limpieza del hogar, repartos de comida, etc., se identifica como el ‘Uber de…’.
Esta compañía está alterando sin duda los esquemas establecidos.