La migración a la nube es una prioridad para el sector bancario en un esfuerzo por reducir costos. Este cambio podría significar ahorros para la industria de hasta 109 mil millones de dólares, de acuerdo con Temenos, empresa especializada en el desarrollo de software para la industria financiera.
Según una encuesta realizada por la empresa a más de 200 directivos, un 89% de los bancos utiliza al menos una aplicación en la nube, comparado con el 50% de 2009. Además, la firma calcula que todos los bancos se verán obligados a mover su infraestructura a la nube en los próximos diez años.
En contraste con años anteriores, la regulación y seguridad ya no son percibidas como barreras relevantes para la implementación de aplicaciones en la nube. Por el contrario, factores internos como el alto costo de los equipos de cómputo, así como la falta de conocimientos técnicos, resultan cada vez más preocupantes.
‘Los bancos se están preparando para un mundo más digital, caracterizado por clientes menos leales y nuevos competidores de sectores no tradicionales. Los bancos deben hacer mejor uso de la información que ya tienen, convirtiéndose en mejores asesores y proveedores de servicios relevantes para sus clientes’, en opinión de Enrique Ramos O’Reilly, director regional para las Américas de Temenos.
Nuevos jugadores, la verdadera competencia
En relación con los competidores, sólo el 26% de los encuestados ve a los bancos ya establecidos como sus mayores rivales. Su verdadera preocupación está en los jugadores que actualmente no operan en el mercado, tales como bancos extranjeros, bancos pequeños o challengers, así como empresas de tecnología, como Google, las cuales son consideradas por un 27% de los encuestados como potenciales competidores.
Otra tendencia identificada es la llamada banca abierta, que le permite a los bancos ofrecer apps y soluciones de terceros, y personalizar la experiencia del cliente.
Según la encuesta, esta tendencia es vista por los bancos como una oportunidad de negocio (52%), así como una herramienta esencial para hacer frente a la amenaza de los competidores no tradicionales (60%).