Actualmente ya convivimos con el Machine Learning, o aprendizaje automático, ya sea en el software de nuestros teléfonos, en los automóviles y hogares, así como los negocios.
Esta tecnología nos ayuda a contar con más información, de manera más rápida y sencilla, así como recursos en la toma decisiones en nuestra vida cotidiana y laboral.
Según Gartner, las tecnologías de aprendizaje automático estarán presentes en ‘casi todos los nuevos productos de software’ en 2020, por lo cual este momento resulta ser no solo inquietante, sino potencialmente decisivo para los proveedores de software, y además, una encrucijada crucial para las empresas que lo adquieren y utilizan.
Con una visión de futuro podemos anticipar, por ejemplo, los coches sin conductor y otros dispositivos automatizados donde la intervención humana será reemplazada por robots.
Estas serán ciertamente áreas decisivas de desarrollo en los próximos años, que habrán de trascender definiendo una nueva era.
En este escenario, las aplicaciones, plataformas e infraestructuras en la nube están propiciando la adopción de Machine Learning, pues resultan cruciales para el crecimiento y la efectividad del aprendizaje automático, debido a que se abren grupos de datos cada vez mayores, se eliminan silos y se aprovechan los datos de toda la organización y sus redes.
Si sumamos Big Data, que es una fuente enorme de riqueza de datos por explotar, al cómputo en la nube, entonces Machine Learning se finca en dos pilares fundamentales para desbloquear a gran escala la riquezas y el potencial de las organizaciones.
Sin embargo, la estrategia empresarial es determinante en todo esto, ya que resulta ser la clave para aprovechar al máximo el aprendizaje automático, buscando aplicaciones con un valor estratégico a largo plazo, que fundamentalmente transformen las funciones o procesos críticos del negocio, disponiendo de una planeación acertada del potencial financiero.
Específicamente, con los nuevos estándares de calidad que se están estableciendo en el servicio al cliente, el aprendizaje automático tiene un rol preponderante, ya que eleva la experiencia del cliente, al dotar de poder a los agentes cuando se hacen necesarios.
Con información de El País