Las tecnologías de inteligencia artificial podrían aumentar las presiones inflacionarias, así como la volatilidad de precios y el empleo en el corto plazo, advirtió el gobernador del Banco de Canadá, Tiff Macklem.
El directivo señaló que la fuerte inversión en IA está impulsando la demanda, ya que el aumento de los precios de las acciones y las contrataciones incrementan el consumo. La demanda de electricidad también está en alza debido a los requisitos informáticos de esta tecnología.
Si estas fuerzas superan la expansión de la capacidad productiva, el resultado podría ser un crecimiento más acelerado de los precios.
La IA podría generar un incremento en la demanda mayor que el aumento en la oferta a través de un crecimiento más rápido de la productividad. Si esto ocurre, la adopción de IA podría añadir presión inflacionaria a corto plazo, mencionó en comentarios privados.
A pesar de ello, indicó que las ganancias en productividad derivadas de la adopción de inteligencia artificial incrementarán el crecimiento potencial de la oferta a largo plazo, lo que permitiría que los salarios y el gasto aumenten con menos presiones sobre los precios.
A largo plazo, se espera que la IA impulse la productividad. Un mayor nivel de productividad permitirá salarios más altos y mayor gasto sin generar inflación, afirmó.
Macklem también advirtió que la IA tiene el potencial de aumentar la volatilidad, ya que puede afectar el comportamiento de fijación de precios de las empresas. Señaló que las empresas con alta intensidad digital tienden a ajustar sus precios con mayor frecuencia que aquellas que no lo hacen.
En ciclos de cambios tecnológicos anteriores, la difusión de la tecnología se extendía durante largos periodos, lo que daba tiempo a la fuerza laboral para adaptarse. Sin embargo, esta vez la adopción podría ocurrir mucho más rápido, generando más disrupción y una pérdida de medios de subsistencia difíciles de reemplazar, explicó Macklem.