El nuevo Smartwatch ha sido renovado por fuera y por dentro, con un cambio visual y en su pantalla, que ahora es más grande. Sin embargo su verdadero potencial está en el interior; un procesador más potente mejor control y mejoras en la comunicación.
El nuevo Apple Watch es más grande, con las esferas que aumentan de 38 y 42 mm a unas de 40 y 44 mm, un crecimiento sutil a la vista, pero enorme en su interfaz. La compañía reconoce que el gran reto era conseguir un reloj más grande, pero sin apenas aumentar el tamaño de la caja, y lo han logrado.
El reloj, que sigue siendo elegante, agradable y con una fabricación impecable, ahora es capaz de mostrar más información de un vistazo, lo cual se logra al permitir hasta ocho compilaciones en la nueva esfera info grama, aunque la personalización del aspecto siempre queda en manos del usuario. Esferas como actividad, utilidades o modular, permiten al usuario ajustar el aspecto del reloj a sus necesidades de notificación.
La autonomía no se ha visto afectada, pese a tener una pantalla más grande, y el reloj aguanta casi dos días sin necesidad de recarga con un uso normal. Lo consigue gracias a la tecnología OLED, bautizada como LTPO, que permite reducir el consumo.
También se rediseñó la corona. Ahora es más precisa y ofrece una sensación de movimiento más real con cada giro. El nuevo mecanismo logra una respuesta óptica más certera cuando nos desplazamos por la interfaz y ,además, incorpora un electrodo de titanio en la parte superior que permite realizar una de las funcionalidades estrella del teléfono: el electrocardiograma.
Apple Watch Series 4 está completamente enfocado hacia la monitorización de la salud. Además del sensor óptico de frecuencia cardíaca que comprueba las pulsaciones, el reloj incorpora un nuevo sensor eléctrico que permite usarla la app ECG para generar un electrocardiograma cuando se quiera y poder compartir los datos con el médico.
Aún más, el verdadero elemento motivador del Watch son los anillos. Tres círculos (movimiento, ejercicio y de pie) que marcan cómo nos movemos a diario y que sirven para retarnos personalmente, e incluso desafiar a nuestros amigos que también tengan otro Apple Watch.
Con este nuevo reloj se pueden controlar las calorías que quemamos, así como realizar ejercicios de respiración, con la idea de dejar de lado el estrés, otro de los achaques propios del ritmo de la vida.
Sinergia entre el Watch y AirPods
La sensación de poder contestar una llamada sin tener el iPhone cerca, gracias a la unión entre el Watch y AirPods, es casi mágica. La unión que se crea entre ambos dispositivos es perfecta, dando cada vez más argumentos para dejar el iPhone en casa. Esta sinergia entre ambos dispositivos también permite aprovechar otras apps, música o podcast y otros menos evidentes como mapas, ya que podemos ser guiados por la ciudad con indicaciones concretas y precisas.
Ahora ya no hace falta decir ‘Oye Siri’ para invocar al asistente, basta con levantar la muñeca y pedirle algo, ya sea poner música o escribir un mensaje.
Una ventaja importante del desarrollo de Siri es que cuanto más se usa, mejor reconoce al usuario y mejor se adapta a sus necesidades. Es por esto que cuanto más ‘entrenamos’ a Siri, más sentido cobra el uso de su propia esfera, que comienza a mostrar puntualmente sugerencias adecuadas en nuestra vida cotidiana.