Los principales fabricantes de automóviles están exhibiendo sus modelos diseñados tanto para China como para el resto del mundo en el Salón del Automóvil de Shanghái esta semana.
Estos fabricantes luchan por mantener su posición en el mercado automovilístico más grande del mundo, mientras se monitorean los próximos movimientos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su guerra comercial.
Sin embargo, con el aumento de los aranceles por parte de Trump y la imposición de tarifas a los vehículos eléctricos chinos por parte de la Unión Europea, vender en ciertos mercados internacionales se está volviendo cada vez más complicado.
Auge de los vehículos eléctricos
Gracias a los subsidios gubernamentales para el reemplazo de vehículos antiguos y la adquisición de modelos más nuevos, los conductores chinos han adoptado rápidamente los vehículos eléctricos.
El año pasado, las ventas de vehículos híbridos y totalmente eléctricos aumentaron un 40%. El mercado automotriz de China, el más grande del mundo en términos de ventas, alcanzó un total de 31.4 millones de vehículos vendidos, incluidos autobuses y camiones, lo que representó un incremento del 4.5% en comparación con el año anterior, según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles.
La firma china BYD superó a Tesla como el mayor fabricante de vehículos eléctricos por ventas a nivel mundial el año pasado, reportando ingresos superiores a los 100,000 millones de dólares.
Recientemente, la compañía anunció un sistema de carga ultra rápida que asegura cargar completamente sus nuevos vehículos eléctricos en solo cinco a ocho minutos, un tiempo similar al necesario para llenar el tanque en una estación de servicio. Además, planea construir más de 4,000 estaciones de carga en toda China.
Para acceder al potencial mercado de China, los fabricantes extranjeros como Volkswagen, General Motors, BMW y Ford establecieron empresas conjuntas con compañías locales estatales a partir de los años 80 y 90, lo que les permitió desarrollar capacidad y tecnología para competir a nivel mundial.
Sin embargo, con el crecimiento del mercado interno limitado por la competencia feroz, estas empresas están expandiéndose rápidamente, especialmente en el sudeste asiático y otras economías en desarrollo, ofreciendo sedanes, SUVs y camionetas de bajo costo.
A pesar del optimismo expresado por fabricantes chinos y extranjeros sobre la fabricación en China para el mundo, los aranceles de Trump de hasta el 145% sobre productos chinos, junto con el impuesto del 25% de EU sobre autos y autopartes importados, siguen siendo una amenaza.
China se ha convertido en parte de lo que la analista geopolítica Yanmei Xie describió como un cambio de paradigma tecnológico. Los fabricantes chinos están adoptando los vehículos eléctricos no solo por la transición ecológica, sino también como parte de un cambio hacia la dominancia tecnológica e industrial.
Según Stefan Sielaff, vicepresidente de diseño global de Zeekr Group, un fabricante de vehículos eléctricos del grupo Geely, la ventaja de las empresas chinas radica en su capacidad para reaccionar rápidamente a las demandas del mercado y del cliente. ‘Hemos logrado la mayoría de estos autos en solo dos años. De cero a 100 en dos años’, aseguró.