Las empresas buscan innovar continuamente y enfocarse en las actividades que impulsen su competitividad y rentabilidad.
Pero los cambios radicales que ocurren en los ámbitos financieros, económicos y políticos –además de la fuerte competencia global–, requieren una capacidad de reacción inmediata que sólo es posible cuando los líderes de negocio y tecnológicos se enfocan en cosas realmente transcendentales.
Para lograrlo, estos tomadores de decisiones deben dejar de ocuparse en apagar incendios, atender procesos comunes y encargarse de otras tareas rutinarias.
En este contexto, la automatización se convierte en un aliado crítico para gestionar, modificar y adaptar no sólo la infraestructura de TI, sino también la forma en que opera una organización.
Desde la perspectiva de negocio, hace innecesaria la intervención humana en procesos de negocio complejos y repetitivos, lo que impacta de manera positiva a las operaciones.
Al automatizar ciertas decisiones, las empresas aceleran los flujos de trabajo y mejoran la precisión y consistencia de sus resultados.
En el terreno de la tecnología de la información (TI), un gran número de las actividades que lleva a cabo –como el mantenimiento y actualización de aplicaciones, configuraciones de sistemas modernos y legados, la aplicación de parches de seguridad, entre otras–, se realizan de forma manual, lo que requiere mucho tiempo, es una labor propensa a errores y desvía la atención que los expertos técnicos podrían dedicar a tareas que generen valor para el negocio.
La automatización les deja las manos libres a las organizaciones para abrirse paso y ser protagonistas de la Cuarta Revolución Industrial y competir sobre un terreno más parejo contra los disruptores del mercado, como Amazon, Google, Airbnb y Uber, entre otros.
Asimismo, les ayuda a superar el reto de apoyar a sus empleados y socios, llegar a nuevos clientes y ofrecer nuevos productos y servicios de manera más expedita.
Al igual que otras tendencias, han surgido controversias sobre si la automatización reemplazará a la gente en un momento dado.
Los expertos coinciden en que si bien se eliminarán algunas funciones donde la participación humana es común, también su aplicación se traduce en mayores niveles de productividad, consistencia y eficiencia, y en la adquisición de nuevos conocimientos y conciencia creativa para desarrollarse en áreas de mayor peso.
Fuente: Red Hat