Beerseba, la ciudad ‘cerebro’ de Israel, acoge a algunas de las principales empresas de seguridad informática del mundo.
La ciudad es sede del Equipo de Respuesta a Emergencias Informáticas (CERT) y en los próximos años acogerá todo el entramado de la inteligencia militar del segundo país más atacado del mundo a través de la red.
Es el germen de un ámbito que agrupa 430 empresas, emplea a 19,000 personas, acapara el 5% del sector mundial, genera 6,000 millones de euros en ingresos y del que surgen cada año 65 nuevas compañías.
Centro de inteligencia
En el edificio 2 del parque tecnológico de Beerseba, entre seis empresas de seguridad, se encuentra el CERT, uno de los más conocidos centros cibernéticos del mundo y al que han tenido acceso algunos jefes de estado, acompañados del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El mandatario es quien exhibe este complejo como un logro personal, ya que se creó a partir de 2002 por su propia iniciativa y como secuela de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) que conoció en Estados Unidos.
Manejo de los ataques
El centro ‘refleja al segundo los ataques que estamos recibiendo, pero es más una orientación porque las flechas muestran dónde está registrada la última IP (identidad de la computadora). Como ésta es móvil, los ataques pueden estar ordenados desde cualquier parte del mundo’, explica Lacy Shtokhomer, director del CERT, organismo del gobierno responsable de la seguridad informática en todos los ámbitos del país.
El análisis más detallado llega hasta localizar el foco cero de la infección, y se realiza en otros dispositivos. Otra parte de la pantalla muestra cada centésima de segundo direcciones de red desde las que se están registrando alertas de ataque, que suman más de 100,000 al día.
En su mayoría, afirma Shtokhomer, son robos información (20%) intrusiones (14%) y programas maliciosos tipo malware (11%).
Otra parte del muro de pantallas está reservada a Cibernet, una red de expertos asociados que advierten, informan o aportan soluciones a cuestiones de seguridad informática.
En el momento de la visita, el intercambio de datos era monopolizado por un ingeniero israelí, cuyas un iniciales son N. T., otro especialista con iniciales R. B., y una entidad con las siglas de una agencia espacial.
‘Cada sector financiero, seguridad, transporte, telecomunicaciones, energía y otros sufre amenazas y cuenta con protocolos propios. Nuestro objetivo es asistir y proteger a todos, no solo a las entidades de gobierno. Nuestra misión es promover la alta tecnología’, concluye Shtokhomer.
Ecosistema
‘Nos ha costado 10 años descubrir que la estrategia política que teníamos requería una estructura operacional’, añade Igal Unna, director general del Israel National Cyber Directorate. De ahí surgió el singular modelo israelí.
De las necesidades de defensa, que absorben más del 4% del PIB, surgió la idea de capitalizar ese gasto generando una red universitaria y empresarial, en una gran mayoría de casos (un ejemplo es Cyberark, una de las principales compañías de seguridad), a raíz de la las unidades de control informáticas militares.
Esto es lo que denominan ‘ecosistema’, una organización interrelacionada que auna al gobierno, ejército, investigación universitaria y tejido empresarial.
El parque tecnológico, según explica, tiene previsto acoger en 200,000 m² 15 nuevas sedes (ahora dispone de tres), 300 mil trabajadores, 3000 militares (6000, cuando se complete el traslado de todo el campus de inteligencia del ejército) y 20’000 estudiantes. “Es es nuestro Silicon Valley’, afirma Shtokhomer.