En términos concretos, Blockchain se puede definir como un sistema que permite a dos personas intercambiar valores, dinero, contratos o compromisos, sin la necesidad de una tercera parte, de una manera segura, transparente e inmutable.
Según explica Pablo Junco, Director de desarrollo del negocio de IoT y Blockchain en Microsoft, esta tecnología provee un paso seguro y una alternativa a las transferencias de valor entre empresas, además de dar un principio de confidencialidad y privacidad de datos.
El Blockchain, aclara Junco, no reemplaza, sino que crea valor añadido. ‘Sustituyes la fuente de datos, no las aplicaciones; creas procesos ágiles’.
De acuerdo con datos de Microsoft, el sector de Banca y Mercados de capital a nivel global acapara el 44.6% de las iniciativas de Blockchain, seguido del Gobierno (9.7%), Seguros (7.1%), y Bienes de consumo (5.8%), entre otros.
Los principales patrones de negocio con Blockchain se observan en: comercio exterior, relaciones con el cliente, transferencia de activos digitales, cadena de suministros, financiación, ADN digital y procedencia de alimentos.
Diferencias entre el Blockchain público y el empresarial
Blockchain público
Las redes públicas de Blockchain, de acuerdo con Pablo Junco, permiten que cualquier persona que tenga acceso a los datos pueda leer, escribir y validar la transacción.
Estos individuos normalmente son anónimos o seudo anónimos, lo cual no permite la trazabilidad de una identidad de la red con la identidad que existe en el mundo real, lo que complica demostrar quién ha realizado la transacción.
Lo anterior, abre la puerta a potenciales fraudes o actos de corrupción, alerta Junco.
‘Por ello, son importantes las pruebas de trabajo para verificar que los datos y la identidad son reales y que podemos confiar’, según el especialista.
El problema es que para garantizar esa confianza y seguridad se requiere de mucho procesamiento, lo que lo vuelve a caro y además consume más tiempo para cada transacción.
Por ejemplo, Ethereum procesa 12 transacciones por segundo y Bitcoin 7 por segundo, volviéndolo inviable para las empresas, mismas que optan por el modelo de Blockchain empresarial.
Blockchain empresarial
Una de las principales características del Blockchain empresarial es que todas las partes involucradas deben ser preaprobadas, validadas, y que cada usuario tenga una identidad.
Además, hay una correlación entre el usuario externo con su identidad de red y su certificado digital.
En el caso de una auditoría o un reporte de impuestos, explica Junco, se puede confirmar y demostrar que se cuenta con esos activos en la red.
Otra importante característica del Blockchain empresarial es que son necesarios los permisos para cualquier acción de escritura, lectura y validación.
‘En el caso de un contrato entre dos partes, no queremos que toda la red apruebe la transacción. Sólo las personas autorizadas, con las reglas de consenso preacordadas, validan la transacción’, detalla Junco.
Como última característica importante, se puede destacar que el consenso aporta muchos mecanismos para generar confianza y permite aumentar el número de transacciones de entre 7 y 12 por segundo a 700 por segundo.
Entre los elementos diferenciadores del Blockchain empresarial destacan: la transparencia, trazabilidad, elimina intermediarios innecesarios que no aportan valor, y reduce el fraude, debido a que cada dato está correlacionado con la persona o con la máquina que lo ha introducido.
El rol de Microsoft
Microsoft trabaja con los principales fabricantes de redes de Blockchain empresarial para que, con su plataforma, puedan aumentar la escalabilidad de las transacciones, gestión de identidad, acceso a datos fuera de la red, que permitan hacer lógica de negocios combinando datos dentro y fuera del sistema, de acuerdo con Junco.
‘Microsoft no construye un Blockchain propio, trabaja con los que ya existen, para ayudar a nuestros clientes’.
‘Microsoft está aquí para ayudar a la comunidad a desarrollar el Blockchain empresarial, democratizar el desarrollo, aumentar el número de desarrolladores y la capacidad que las empresas necesitan para montar escenarios, probarlos y llevarlos a producción’, concluye el especialista.