En pleno apogeo de la tecnología de inteligencia artificial, la inversión privada mundial en este sector sufrió su primera caída en una década.
Según el último informe del índice de IA 2023 de la Universidad de Stanford, la inversión en IA disminuyó en un 26.7% en 2022 en comparación con el año anterior, alcanzando un total de 91,900 millones de dólares.
A pesar de esta disminución, el interés de los gobiernos en la IA ha crecido, con un aumento del número de proyectos de ley relacionados con la IA de uno en 2016 a 37 en 2022, según el mismo informe.
El auge de la IA ha sido propiciado por el lanzamiento del sistema ChatGPT de la empresa estadounidense OpenAI, aunque también ha generado preocupación y alertas en la comunidad científica.
Un grupo de científicos publicó un artículo en la revista Science advirtiendo sobre los riesgos y posibles consecuencias catastróficas de la IA, y 5,500 expertos de todo el mundo han abogado por la pausa de los experimentos con la IA más potente y avanzada, la llamada ‘generativa’.
En cuanto a la inversión privada en IA por países, Estados Unidos lidera el ranking con más de la mitad de los 91.900 millones de dólares destinados a esta área en todo el mundo, con 47.400 millones, seguido de China con una inversión 3.5 veces menor de unos 13,400 millones de dólares, y el Reino Unido con 4,370 millones.
La medicina y la salud acaparan la mayor inversión en IA con 6,100 millones de dólares, seguido del procesamiento y la nube de datos con 5,900 millones, y las empresas fintech con 5,500 millones.
El creciente mercado de los chatbots o robots de conversación ha llevado a las grandes empresas tecnológicas a una nueva carrera competitiva, con Estados Unidos y China a la cabeza.
ChatGPT, el sistema de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI, utiliza un algoritmo basado en 300,000 millones de palabras y 570 gigabytes de registros de datos.
Microsoft invirtió en OpenAI en 2022 unos 1,070 millones de dólares, y planea invertir otros 10,700 millones más.