En Canada, ya es común ver un camión de carga recorriendo las calles entre Toronto y Brampton, Ontario, sin conductor al volante.
Equipado con más de dos docenas de cámaras, radares y sensores lidar, el vehículo transporta diariamente productos desde un almacén automatizado de Loblaw en Etobicoke hasta la sede de la empresa, ubicada 25 km al oeste.
El camión, que lleva un logotipo púrpura, pertenece a Gatik, una firma ubicada a solo 10 minutos del supermercado.
La compañía puso en circulación su primer camión autónomo en Canadá en 2020, y desde entonces ha trabajado con Loblaw en rutas fijas dentro del área metropolitana de Toronto. Actualmente, cinco de sus seis unidades en Ontario operan de forma autónoma, aunque todavía con un conductor de seguridad a bordo.
Gatik es una de varias empresas que están posicionando a Canadá como líder en el transporte autónomo, con vehículos impulsados por tecnología desarrollada localmente y ya en operación tanto en Ontario como en Texas. Sin embargo, la seguridad y la regulación siguen siendo desafíos pendientes para esta industria emergente.
La empresa ya tiene media docena de unidades en fase de prueba en varias provincias y espera desplegarlas comercialmente en los próximos años.
Los camiones robotizados ofrecen ventajas clave, especialmente ante la escasez de conductores, que según Trucking HR Canadá superará los 40,000 al año para 2030. Además, estos vehículos pueden mejorar la eficiencia operativa, generando ahorros de combustible de hasta un 20%.
El potencial del mercado también es significativo. En 2023, el transporte por carretera generó ingresos por 987 mil millones de dólares en Estados Unidos. Más de la mitad de los estados permiten la circulación de camiones autónomos con un conductor de seguridad a bordo. En Canadá, solo Ontario autoriza actualmente estas pruebas mediante un programa piloto.
Estudios indican que, aunque los vehículos autónomos tienden a registrar menos accidentes, enfrentan mayores dificultades en condiciones de baja visibilidad o al girar a la izquierda. También se ha detectado que sus sensores pueden tener problemas para identificar a niños o personas con tonos de piel más oscuros. Además, factores climáticos como la niebla o la nieve complican aún más su operación en Canadá.
El entorno regulatorio en el país avanza con lentitud y representa un obstáculo. Aun así, desde Waabi aseguran que la presencia de más camiones autónomos en las carreteras canadienses es solo cuestión de tiempo. Para su fundadora, el desarrollo de esta tecnología no es solo un trabajo, sino una obsesión constante.