El resultado de la reunión Montesori, a la que convocó el subsecretario de Telecomunicaciones, Rafael del Villar, el 25 de junio es impresionante. Sólo de la pregunta sobre ¿cuáles son las acciones necesarias para llevar a cabo la banda ancha universal en México?, los cerca de 30 disímbolos asistentes a la torre de Telecom, en la sede de la Secretaría que encabeza Luis Téllez, ofrecieron 250 respuestas.
Lo que más llama la atención, por la importancia que le otorgan, es que 25 de ellos consideraron la penetración de la banda ancha como un elemento fundamental para el desarrollo económico, la incorporación de las regiones de mayor rezago y un elemento clave para combatir la desigualdad educativa, en materia de salud e incluso de ingreso. O sea, banda ancha y desarrollo de las TIC van de la mano para impulsar el crecimiento económico.
Después de todo el Montesori resultó un ejercicio interesante. El tema de la banda ancha se liga al Internet y parece fácil, pero el universalizarlo en un país con dominancias claras, deviene en un tema complejo y requiere de tener una visión completa para regularlo, para establecer reglas precisas y neutrales, para promover la entrada de más competidores y para evitar que de nueva cuenta el país tenga que invertir en otra red más, en lugar de aprovechar las existentes.
Los resultados del ejercicio de «facilitación», que resultaron toda una experiencia para los asistentes, serán dados a conocer por el subsecretario en el sitio de Internet, sin interpretaciones.
Los no invitados debieran no sentirse, pues la selección de los sí invitados fue aleatoria y no necesariamente considerando su posición en el sector, sino la diversidad de criterios que podía ser incorporada en un ejercicio, que tiene una intención clara: utilizar el poder de las ideas para fundar la política pública. ¿Keynesiano, no?
Por lo pronto, un adelanto no nos cae mal: se estima que la penetración de la banda ancha requiere no sólo definir con claridad el papel de las autoridades de Telecom y Cofetel, que preside Héctor Osuna, sino establecer regulaciones neutrales que consideren el impacto anticompetitivo de los operadores dominantes, permitan avanzar en la transparencia de las tarifas de interconexión y servicio al público, así como mejorar el uso de las TIC y del espectro disponible.
Cuidar la neutralidad de la red, eliminar las restricciones a la inversión y facilitar el acceso mejorando las políticas de interconexión (se le asigna mucho peso al costo de la interconexión como uno de los principales frenos a la expansión del servicio, calidad y precio del mismo, y competencia en contenidos).
Lo que me llama la atención es que las respuestas relacionadas con la aplicación de una política de «subsidios» para facilitar la penetración de banda ancha fueron 14 de 30, pero estaban ligadas a políticas de fomento social, educativa y de salud, en áreas rurales marginadas.
Otra de las respuestas importantes del Montesori Meeting tiene que ver con la elevada expectativa sobre el uso de la infraestructura de la CFE, que dirige Alfredo Elías Ayub. Dado que fue autorizado desde noviembre del año pasado por la Cofetel como carrier de carriers, y aunque ha recibido distintos grupos para conocer su infraestructura de fibra óptica, que algunos definen como «fibra negra «de la CFE.
Les adelanto un poco. Prácticamente todos los estudios técnicos y operativos están concluidos, pero se iniciará el registro y solicitud de autorización a la SCT y a la Cofetel, además de que el Consejo de Administración de la CFE, que preside Georgina Kessel, tiene que avalar el esquema de tarifas.
No habrá licitaciones para el uso de la red de 20 mil kilómetros que tiene la CFE, sólo tarifas que buscan ser lo más neutrales posible en término de costo para el tercero, de manera que todo aquel que tenga capacidad para usarla, y todos los que quieran contratar al carrier, lo podrán hacer, obvio, menos Telmex o los cableros que hoy ya tienen redes por todos lados. (Además a éstos lo que les importa es que se reduzcan los derechos de vía en postería o torres de transmisión para instalar sus redes).
Ojalá que así sea, porque al final la red de la CFE tiene cobertura nacional, pero no penetración regional y subregional con que cuenta la red de Telmex, que según el mercado se extiende con cerca de 60 mil kilómetros, puede servir de base para construir una «red dorsal» para banda ancha, que sobre todo permita usarla para el transporte de banda ancha en zonas de alto costo, para beneficiar al usuario y obligar al tenedor del gran back bone a redimirse con sus no clientes.
Como sea, la CFE (por cierto, Del Villar invitó a Rodolfo Nieblas, pero no asistió a la reunión del 25), está a punto de iniciar y no lo hará con Telefónica, la empresa que preside Francisco Gil, sino con Petróleos Mexicanos, la paraestatal que dirige Jesús Reyes Heroles, no sólo para probar la tecnología completa, sino porque la ruta México-Villahermosa se presta para que ambos puedan usar el carrier de la CFE.
Lo demás será cuestión de publicación de la tarifa y todos los interesados podrán rentar en el mismo arrancadero, el mismo día y a la misma hora, pues el diseño se está dando a prueba de tráfico de influencias.
Fuente: Alicia Salgado, El Financiero, México
