La ambición de las empresas chinas va más allá de sus fronteras: WeChat Pay anunció hace unos días su irrupción en 20 países, entre ellos algunos de la Unión Europea.
Además del euro, la plataforma aceptará operaciones en dólares estadounidenses, australianos y neozelandeses, libras esterlinas, yenes japoneses y wones surcoreanos.
Alipay por su parte, pretende alcanzar 1 millón de establecimientos extranjeros que acepten pagos a través de su servicio.
El objetivo es que los turistas chinos, que finalmente son los que más gastan en el extranjero, realicen fácilmente sus pagos.
Para tener una idea del tamaño de este sector, el año pasado los turistas chinos rebasaron por primera vez los 130 millones y está previsto que en el 2015 desembolsen más de 454,000 millones de euros.
Zhao Yilu, la responsable financiera de Qunar, una de las agencias de viaje más importantes de China, opina que ‘sin duda los destinos que más se adapten a las costumbres de los viajes los chinos -que en aspectos tecnológicos van por delante de los occidentales- obtendrán mayor rendimiento económico’. El objetivo final, concuerdan todos, es crear un mundo sin papel moneda.
En información de El País