Un equipo de científicos desarrolló un semiconductor ultradelgado con material orgánico biodegradable y cuyo grosor permite que construir teléfonos móviles con pantallas sean flexibles, informaron hoy fuentes académicas.
‘Es una estructura híbrida orgánica e inorgánica lo suficientemente flexible y delgada para ser usada en futuras tecnologías para teléfonos celulares y pantallas’, dijo Larry Lu, de la Universidad Nacional Australiana (ANU).
Además, la parte orgánica de este semiconductor es biodegradable y puede ser fácilmente reciclable, lo que permitiría reducir las 200,000 toneladas de basura electrónica que Australia produce cada año.
Su estructura híbrida permite convertir la electricidad en luz eficientemente para ser utilizados en los teléfonos celulares, las pantallas de televisión y otros aparatos electrónicos.
‘Con estos semiconductores tenemos el potencial de hacer que los teléfonos sean tan potentes como las supercomputadoras de hoy’, dijo otros de los investigadores, Ankur Sharma, quien precisó que la emisión de luz de este dispositivo es tan clara que puede ser usada en pantallas de alta resolución.
El componente orgánico de este invento tiene el grosor de un átomo, hecho de carbono e hidrógeno, mientras que el inorgánico es de unos dos átomos, de acuerdo con este estudio publicado en la revista científica Advanced Materials.
El componente orgánico de este semiconductor fue elaborado molécula por molécula, de una forma similar a la impresión 3D, en un proceso llamado deposición química de vapor.
Los ingenieros de la ANU se centran en la producción a gran escala de este componente para su futura comercialización.