Los drones, esas aeronaves no tripuladas empleadas hasta ahora principalmente con fines militares, tendrán pronto una nueva misión civil encomendada por las compañías tecnológicas de Estados Unidos, que se han propuesto dar un impulso de altos vuelos al fenómeno de la globalización.
Facebook y Google se han enfrascado en una carrera por llevar Internet hasta los lugares más recónditos del planeta, donde la orografía y la dispersión poblacional hace muy complejo y poco rentable el empleo de métodos terrestres para instalar una puerta de acceso a la red de redes.
En las últimas tres semanas, ambas empresas anunciaron de forma separada la incorporación a su estructura de equipos de expertos en fabricación de drones propulsados con energía solar que tienen el potencial de mantenerse en el aire durante meses, incluso años.
Facebook pagó alrededor de 20 millones de dólares por la tecnología de la compañía Ascenta (Reino Unido) y reclutó a los ‘miembros clave’ de esa organización que desarrolló para uso militar británico las versiones iniciales de Zephyr, un dron que en 2010 batió el récord de vuelo no tripulado más largo, quince días.
Google, por su parte, tomó el control de Titan Aerospace (Estados Unidos) que en 2013 presentó su prototipo de dron, Solara, diseñado para estar volando hasta cinco años sin detenerse.
Estos drones están pensados para circular en la estratosfera a más de 20,000 kilómetros de altura (70,000 pies, el doble que un avión) y por encima de la troposfera donde suceden los fenómenos meteorológicos.
Sus características los convierten en una suerte de satélites atmosféricos con capacidad para funcionar como repetidor de señal de Internet, entre otras cosas.
Google apuntó que podrían ser de utilidad en caso de desastres naturales para coordinar la ayuda humanitaria y para analizar la deforestación, aunque no resulta descabellado pensar que se empleen para tomar fotografías y capturar y transmitir otros tipos de información.
Para Google, los drones aterrizan en su proyecto Loon que en inicio estudiaba llevar Internet a todas partes usando globos aerostáticos; para Facebook las aeronaves se enmarcan en su iniciativa Internet.org con la que busca que todo el mundo tenga las mismas oportunidades esté donde esté y gracias a Internet.
La realidad es que al día de hoy dos tercios de los habitantes de la Tierra, es decir, la inmensa mayoría, está al margen de la revolución de Internet y el incremento anual de expansión de la web es inferior a un 9%, algo que a juicio de Facebook, es un ritmo lento.
También es una realidad que detrás de los ideales humanitarios y sociales de Google y Facebook se esconde una necesidad comercial de ampliar su mercado. Las dos empresas se alimentan de publicidad en Internet, unos anuncios que jamás llegan a 5,000 millones de personas por estar desconectadas de la red.
El despegue de la era de los drones estratosféricos será invisible a los ojos de los ciudadanos que solo tendrán constancia de su presencia de forma indirecta, aunque no será así en todos los casos.
El gigante del comercio electrónico Amazon también ha echado mano de estos aviones en miniatura para ofrecer un nuevo servicio de reparto de paquetería a domicilio que ha sido bautizado ‘Prime Air‘ y que el fundador de Amazon, Jeff Bezos, dio a conocer en diciembre ante la incredulidad de muchos.
La idea de Bezos es en un plazo de 5 años poder realizar envíos personalizados hasta la puerta de las casas apenas 30 minutos después de que el comprador efectúe el pago en Amazon.com.
En una carta de Bezos este mes de abril a los accionistas, el líder de la empresa insistió en que ‘Prime Air’ es un proyecto real.
«El equipo está ya probando la quinta y la sexta generación de vehículos aéreos y estamos en fase de diseño de las generaciones séptima y octava», manifestó Bezos.
EFE