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e-México, otro fracaso del foxismo

El gobierno de Calderón tampoco cuenta con un proyecto en la materia

Nació al calor de la alternancia en el poder y ante la necesidad de acceder a la sociedad de la información, se le bautizó como e-México y se buscó venderlo políticamente como la piedra angular de la modernización.

La propuesta de e-México era ambiciosa y de buenas intenciones: integrar la tecnología e ingeniería de todas las redes existentes, públicas y privadas; mejorar los servicios de las comunidades mediante la selección de contenidos; garantizar legalmente la privacía y protección de ciertos trámites gubernamentales. En síntesis, encaminar al país hacia la digitalización y la sociedad de la información en plena era de la globalización.

Sin embargo, como se expone en esta entrega de la UIAE de El Financiero, el programa nació sin objetivos claros y sin la planeación necesaria para generar contenidos de calidad e, incluso, con un desconocimiento sobre los alcances y la influencia de Internet en la sociedad.

Con esas graves carencias, el gobierno foxista lanzó e-México con la idea de que con la sola interconexión nuestro país entraría de lleno a la era digital. Los contenidos, pues, fueron desdeñados. De esta manera, no se ha logrado incorporar realmente a las actividades educativas y productivas de los lugares donde se instalaron los Centros Comunitarios Digitales (CCD), que en numerosos casos presentan deficiencias operativas.

Adicionalmente, a seis años de su creación, falta información sobre sus avances concretos y en relación con su financiamiento y el manejo de sus recursos; tampoco se ha creado un mecanismo evaluatorio para medir su efecto en las comunidades rurales donde se ubican los CCD.

Tampoco se ha aclarado satisfactoriamente la sustitución de dos de sus coordinadores nacionales: Julio César Margáin y Javier Pérez Mazatán, así como el nombramiento de quien hoy encabeza el programa, Alejandro Hernández Pulido (a quien la UIAE de El Financiero buscó entrevistar sin resultados), extesorero del patronato de la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación, AC (Unete), organismo que comanda Claudio X. González, presidente de la Fundación Televisa, y quien tiene estrechas relaciones con la fundación Vamos México, la cual tuvo injerencia en el programa e-México durante el régimen foxista.

Ante este fracaso, la brecha digital persiste, como se demuestra en esta entrega, por lo que se hace necesario efectuar una profunda reingeniería del e-México o, de plano, sustituirlo.

Tal parece que el gobierno federal se decidirá por esta última opción, pues al trazar en el Plan Nacional de Desarrollo las líneas de acción para llevar Internet «a más de 60 por ciento de la población», el programa clave del foxismo ni siquiera es mencionado.

Por cierto, las estrategias ahí anunciadas no son para entusiasmar a nadie, pues revelan que al igual que en el sexenio pasado, en el actual tampoco hay un política pública en la materia. Si bien en el PND queda esbozado el interés por efectuar una mayor conexión (con objetivos difíciles de alcanzar), resulta claro que el gobierno de Calderón no cuenta con un proyecto definido. Se trata de un asunto grave, dado que México no puede posponer más su acceso a la sociedad de la información, pues, a querer o no, las nuevas tecnologías son las que marcan hoy el rumbo de las naciones.

Fuente: El Financiero, México