Robar bancos a punta de pistola ya no se lleva en Estados Unidos, o al menos no tanto desde que el cibercrimen se ha revelado como menos peligroso y más rentable.
Según datos revelados recientemente por la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense (FBI), en 2012 se registró el mayor descenso de criminalidad del año en el número de atracos a oficinas bancarias: de 5,000 robos en 2011 la cifra disminuyó a 3,870 el año pasado.
Los medios de comunicación y las autoridades judiciales reportan una y otra vez casos de criminalidad virtual, en los que piratas informáticos quebrantan los sistemas de seguridad cibernética de la banca electrónica y se hacen con cientos de miles de datos de los clientes.
La semana pasada, el fiscal de mayor rango de Manhattan, Preet Bharara, lideró una campaña de alerta ciudadana por el incremento de este tipo de amenazas después de que la justicia estadounidense presentara cargos contra tres ciudadanos extranjeros acusados de estar involucrados en la creación y distribución de un virus informático que ha infectado a más de 40,000 computadoras en el país.
El virus, conocido como Gozi, provocó el robo de varios millones de dólares en Estados Unidos, cuya cifra concreta no especificó la fiscalía, aunque en principio, según informaron, fue creado para actuar en Europa.
Los creadores del Gozi, un ruso, un letón y un rumano, comenzaron a operar en Estados Unidos con el virus en 2010, pero no fueron interceptados hasta que decidieron ir tras «una gran institución financiera con sede en Manhattan», especifican los papeles judiciales.
Así pues, tanto expertos bancarios como miembros del FBI atribuyen este descenso de los atracos a las sucursales como una consecuencia del incremento de los ‘ciber robos’.
«El número de transacciones electrónicas es cada vez mayor, así cada vez más información electrónica corre peligro y las cantidades de dinero que pueden estar comprometidas de manera electrónica son mucho mayores (que las de un robo clásico)», explicó el vicepresidente de control de riesgo de la Asociación de Banqueros Americanos (ABA, en inglés), Doug Johnson.
Los cibercrímenes y los robos online dejan ya muy lejana la época dorada de los grandes atracadores estadounidenses como John Dillinger, que dio lugar a películas como ‘Public Enemies’ (2009), ambientada en los años 30, para dar paso a otras como ‘Firewall’ (2006), donde Harrison Ford, experto informático, se ve forzado a participar en un gran robo cibernético.
Tanto es así que, según los datos aportados por el FBI, el número de atracos bancarios se ha reducido casi a la mitad en la última década, registrándose 5.1 robos por cada 100 bancos estadounidenses en 2011.
Sin embargo, desde 2001 las denuncias de delitos en internet se han multiplicado por cinco, alcanzando las 314.000 en 2011 y la ABA estimó un fraude por valor de 1.800 millones en cheques y tarjetas de débito en 2010.
El FBI asegura que en 2012 los atracadores de bancos se hicieron con 29,5 millones de dólares, mientras que en 1997 saquearon 107.
Las cifras muestran un amenaza innegable que para las autoridades federales no pasa inadvertida, por lo que a finales del año pasado el FBI puso en marcha la Iniciativa Cibernética Próxima Generación, cuyo objetivo es mejorar sus capacidades para poner límite a estos crímenes.
Richard McFeely, subdirector ejecutivo de la división de «Cibercrimen» explica en la página de la institución que una de sus máximas prioridades es «determinar quién está al otro lado de la pantalla para perpetrar estos actos».
«Obviamente estamos preocupados por que los terroristas utilicen Internet para llevar a cabo este tipo de ataques (…) Como la principal agencia de inteligencia nacional dentro de Estados Unidos, nuestro trabajo es asegurarnos de que las empresas y los secretos de la nación no caigan en manos enemigas», insistió.
«Es importante que todo el mundo entienda que si usted tiene un equipo que está abierto al exterior, que se conecta a la web: el equipo va a estar en algún momento expuesto a un ataque», dijo el agente del FBI.
En palabras de Johnson «siempre se puede hacer más», pero confirma que existe una estrecha colaboración entre las agencias del gobierno y las instituciones financieras para poder luchar contra estos ataques de la manera más efectiva.
Mientras tanto, atrás quedaron los románticos tiempos de Bonnie y Clyde, y los atracos, que antes eran un asunto de máxima prioridad para los federales, se han derivado a la policía local.
EFE