La suma de aplicaciones y dispositivos digitales al alcance las personas permite concebir todo un ecosistema tecnológico individual que cubre sus necesidades y requerimientos como consumidor.
En este sentido, cada persona podría definir su propio ecosistema tecnológico y, de hecho, así ocurre en la práctica de manera natural, cuando atiende y resuelve requerimientos de toda índole, utilizando tecnologías, incluso con un alto grado de sofisticación.
Ya se trate de temas de salud, educación, documentación, diversión, transportación, relacionamiento, negociación, consumo de bienes o servicios, etc., estamos inmersos en una dimensión digital donde incluso podemos tener respuestas y soluciones en tiempo real.
Es decir, constantemente nos permean usos y prácticas tecnológicas que se pueden encuadrar en un ecosistema digital dinámico que responde a los modelos evolutivos de cada individuo y a los cambios que surgen de la innovación tecnológica.
Particularmente en el tema de consumo personal, el proceso de compra para satisfacer requerimientos de toda índole, tiene un curso que se inicia en la detección y selección de opciones alternativas, que incluye la consulta de distintas fuentes de información y análisis, mismas que cada vez más ocurren dentro del ámbito de Internet, ya sean redes sociales o sitios web y desde luego, por conducto de buscadores en la propia red.
En particular los sitios web, en un esquema de comercio electrónico, forman parte del ecosistema del consumidor que le permite encontrar y seleccionar opciones de compra, y más aún, informarse y documentarse de las características y ventajas y precios; e incluso realizar las transacciones de compra, incluida la entrega del producto o servicio requerido.
Cada vez más el comercio electrónico penetra en las prácticas de compra de los consumidores debido a sus cualidades de comodidad, practicidad y disponibilidad.
En el caso del ecosistema propio de los negocios, los beneficios del comercio electrónico se materializan con el abatimiento de costos, en los procesos de negocios, las estrategias mercadotécnicas y la interacción y personalización con clientes. Todo esto es factible cuando se logra un diseño y funcionalidades que respondan a las características y valores propios de la empresa, de tal manera que se incorpore a toda la estrategia web de la organización.
La movilidad es un fenómeno que está teniendo un enorme impacto en los consumos por medio del comercio electrónico, ya que utilizando cualquier dispositivo móvil inteligente, el consumidor tiene acceso a la información necesaria para configurar su decisión de compra.
Al impulso del comercio electrónico se suman, de manera determinante, los pagos electrónicos y móviles, que permiten concluir el ciclo de compra en un proceso cómodo, fácil y seguro, ya que los dispositivos móviles inteligentes incorporan a sus múltiples funcionalidades el pago de consumos.
El conjunto de soluciones tecnológicas vinculadas al consumo está teniendo un gran impacto en los modelos y hábitos de compra, y se está incorporando orgánicamente al ecosistema personal del consumidor.