Según un estudio realizado por Pew Research Center, los adolescentes recurren a los mensajes de texto en gran medida para crear y mantener amistades con las cuales se comunican permanentemente.
Por este conducto transcurre gran parte de la vida social de los adolescentes, que en esta edad adquiere gran relevancia.
De hecho, según confirma Pew, que realizó esta encuesta entre más de 1,000 jóvenes de 13 a 19 años, el 55% de ellos envía algún mensaje de texto a sus amigos todos los días, siendo ésta la primera opción para comunicarse con los más cercanos.
Otros canales de comunicación que también emplean cotidianamente los adolescentes son: la mensajería instantánea (27%); social media (23%); aplicaciones de mensajería (14%); y videojuegos (13%).
Sin embargo, los adolescentes no pierden por esto los encuentros personales, que se dan con una frecuencia diaria en el 25% de los casos.
Si bien la comunicación con mensajes de texto es la práctica dominante, el teléfono también sigue siendo utilizado pero en forma limitada, y principalmente con los amigos más cercanos, según la encuesta de Pew.
La tecnología es ahora el vínculo más fácil y funcional para hacerse de nuevos amigos, lo cual es el tema más relevante para los adolescentes, que encuentran en el texting un canal compartido que multiplica las opciones de crear nuevas amistades sin estar acotados por las prácticas convencionales.
Amanda Lenhart, autora principal del estudio, comenta que el 57% de los adolescentes encuestados han hecho un amigo en línea, y un 20% recurre al chat en video para reunirse con amigos en un lugar público.
Asimismo, se encontró que los niños recurren a la comunicación en línea para hacerse de nuevos amigos, en un 61%, frente al 52% de las niñas, quienes buscan nuevas amistades en redes sociales, según indica el estudio.
Como quiera que sea, los jóvenes de hoy están descubriendo y construyendo nuevas formas de relacionamiento social con una gran creatividad y apertura, dejando atrás los modelos de generaciones anteriores que no acabamos de sorprendernos de inquietarnos con la disrupción que se está gestando en los modelos convencionales.
