España es el segundo país de la Unión Europea, después de Chipre, donde el acceso a internet resulta más caro, según un estudio publicado hoy por la Comisión Europea (CE), que tiene en cuenta el poder adquisitivo y la oferta en cada Estado miembro.
Los usuarios de internet en España pagaron en 2013 alrededor de 40 euros como mínimo por una conexión estándar de entre 12 y 30 Mbps, el precio más elevado de la UE tras Chipre, donde lo menos que se pagó por este tipo de servicio fue 46 euros.
Lituania y Rumanía, por su parte, fueron los socios comunitarios que ofrecieron internet a precios más competitivos (10 y 11 euros).
La horquilla de precios en España varió entre los 40 y los 60 euros, mientras que en Chipre lo hizo entre los 46 y los 90 euros; en Lituania, entre los 10 y los 50 euros, y en Rumanía, entre los 11 y los 25 euros.
Las disparidades más marcadas entre el precio más bajo y el más elevado fueron las de Polonia (entre 20 y 140 euros) y las de Croacia (entre 30 y 121 euros).
La CE explicó que para determinar cuál es el país más caro lo que hay que tener en cuenta es el precio mínimo al que los usuarios pueden obtener el mismo servicio, por eso no puede considerarse que los más caros son Polonia y Croacia, ya que en ambos casos se ofrece la misma conexión a internet que en España a un precio mínimo menor.
«No existe un mercado único de internet, y eso tiene que cambiar. Nada justifica que una persona tenga que pagar más de cuatro veces lo que paga otra por la misma banda ancha», señaló en un comunicado la vicepresidenta de la CE, Neelie Kroes.
Bruselas presentó también hoy los resultados de otros tres estudios que prueban que en los mercados de la banda ancha de la UE prácticamente no existen pautas ni coherencia.
Entre las conclusiones, la CE destaca que el 66% de los ciudadanos no sabe qué velocidad de Internet ha contratado y que los consumidores solo obtienen, como promedio, el 75% de la banda ancha que han contratado.
El Ejecutivo comunitario señala que aunque algunas de las divergencias entre mercados pueden explicarse por las diferencias de costes e ingresos, las disparidades actuales se deben en gran medida a la persistente fragmentación del mercado.
La UE ya ha sometido a varias reformas al sector de las telecomunicaciones, pero reconoce que en gran medida sigue funcionando sobre la base de 28 mercados nacionales.
El Parlamento Europeo votará la próxima semana un conjunto de medidas propuestas por la CE precisamente dirigidas a subsanar esta situación, a fomentar la transparencia y a reforzar los derechos y servicios para los consumidores.
EFE