La reciente decisión de Estados Unidos de investigar las importaciones de semiconductores podría tener un fuerte impacto en Taiwán, cuya economía depende en gran medida de la exportación de chips y productos electrónicos.
De acuerdo con un aviso publicado este lunes en el Registro Federal, el Departamento de Comercio de EU abrió una investigación sobre las importaciones de semiconductores, equipos de fabricación y productos relacionados, con base en sus posibles efectos sobre la seguridad nacional.
La investigación se llevará a cabo bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que permite al presidente imponer aranceles si se considera que las importaciones amenazan la seguridad del país.
Incluso el expresidente Donald Trump insinuó esta semana que podría imponer nuevos aranceles a los chips con el objetivo de impulsar la producción nacional, tal como lo hizo con el acero, el aluminio y los autos.
Taiwán es sede del mayor fabricante mundial de chips (TSMC) y del mayor ensamblador de productos electrónicos (Foxconn). El auge de la inteligencia artificial y la computación de alto rendimiento ha impulsado su economía, que creció 4.59% en 2024 gracias a las exportaciones.
Según el Ministerio de Finanzas, la isla exportó bienes por 475,073 millones de dólares el año pasado, con un incremento anual de 9.9%, impulsado principalmente por componentes electrónicos e informáticos, que representaron el 65.2% del total.
Casi una cuarta parte de esas exportaciones tuvieron como destino Estados Unidos, con un valor de 111,370 millones de dólares en 2024, un aumento de 46.1% frente al año anterior, que profundizó el déficit comercial de EU con Taiwán, el cual alcanzó los 64,882 millones.
Tan solo en el primer trimestre de 2025, Taiwán exportó 32,979 millones de dólares a EU, un crecimiento de 33.9% en comparación con el mismo periodo de 2024, generando un superávit de 22,038 millones de dólares.
Ante este escenario comercial desequilibrado, TSMC anunció en marzo una inversión de 100,000 millones de dólares en Estados Unidos. Esta medida busca acercar posiciones con Trump y evitar nuevos aranceles que podrían elevar precios o reducir márgenes de ganancia.
‘El único mensaje fue claro: si no construyen su fábrica aquí, van a pagar un arancel del 25%, 50%, 75% o hasta 100%’, dijo Trump la semana pasada, reiterando sus acusaciones de que Taiwán le «robó» la industria de chips a Estados Unidos.
TSMC, que fabrica chips para Nvidia, Apple y AMD, ha perdido 14% de su valor en la Bolsa de Taipéi desde el anuncio de la inversión, en medio de la incertidumbre sobre las futuras políticas comerciales de Washington.
Consciente de la importancia de mantener una buena relación con EEU frente a la presión de China, el presidente de Taiwán, William Lai, propuso abrir negociaciones bajo el modelo de ‘arancel cero’, similar al tratado T-MEC.
Aunque Taiwán ya tiene aranceles bajos, con una tasa promedio de 6%, Lai dijo que están dispuestos a bajarlos aún más si hay reciprocidad. Además, propuso reducir el déficit comercial con la compra de energía, productos agrícolas, bienes industriales y armamento estadounidense.
También expresó su intención de aumentar las inversiones taiwanesas en EU y eliminar barreras comerciales no arancelarias.
Pero si las negociaciones fracasan y EU aplica nuevos aranceles o reactiva los llamados ‘aranceles recíprocos’ (que para Taiwán llegarían hasta el 32%), el golpe económico sería fuerte. El propio Gobierno taiwanés ya advirtió que sería difícil superar el 3% de crecimiento este año en ese escenario.