El Parlamento Europeo decidirá el próximo 12 de septiembre el destino del borrador de directiva de derechos de autor en Internet, una normatividad que se desechó hace tres meses con una diferencia de 40 votos en contra, pero con la ausencia de 12 europarlamentarios.
La industria cultural europea vive en estos días con la incertidumbre de los 28 votos que decidirán el sentido de una directiva de copyright online que obligará a YouTube a compensar a los dueños de los contenidos protegidos que estén alojados en su plataforma.
El texto que se someterá a consulta el próximo miércoles es prácticamente idéntico al del pasado 5 de julio, sin embargo cuenta con pequeñas modificaciones del original, ya que el proceso obliga a que si el texto es rechazado por el parlamento hay obligación de debatir un nuevo texto.
Fuentes del Ministerio de Cultura y Deporte consideran que en aquella ocasión se produjo una campaña de desinformación de intoxicación sin precedentes que puede influir en el resultado de la votación.
Según las mismas fuentes, en la víspera de la votación se realizaron múltiples llamamientos en contra de la normativa a través de cerca de 60,000 correos electrónicos recibidos en las cuentas personales de los europarlamentarios en apenas dos días. Un ‘bombardeo’ que volvería a producirse esta semana.
El tiempo corre en contra del borrador de directiva, ya que enfrenta el riesgo de caer en una vía muerta si se produce un resultado negativo, puesto que la Comisión Europea concluye su mandato en primavera, sin tener tiempo para reaccionar.
Por el contrario, si el Parlamento Europeo aprueba el referido borrador, se iniciaría un trámite parlamentario que implicaría al consejo, comisión y parlamento, con el objetivo de aprobarlo finales de este año.
A continuación, sería el momento en que los Estados miembros quedarían obligados a transparentar la directiva en sus respectivas regulaciones nacionales.
La edición española de Wikipedia cerró su servicio durante dos días. En un comunicado, la enciclopedia online advirtió que de aprobarse la reforma de la directiva, se dañaría significativamente en Internet que hoy conocemos, al amenazar la libertad de línea e imponer nuevos filtros, barreras y restricciones para acceder a la web.
También apuntaron que la propia Wikipedia estaría en riesgo ya que, de aprobarse la versión propuesta, se dificultarían acciones como compartir una noticia en redes sociales o acceder a ella a través de un motor de búsqueda.
Fuentes de Gobierno español recalcan que el servicio de Wikipedia quedaba excluido de la actuación de la directiva de derechos de actor, igual que las plataformas de redes sociales y mensajería instantánea. Es decir, los usuarios podrán seguir compartiendo contenidos protegidos a través de Twitter o WhatsApp, entre otros, ya que el regulador considera que los usuarios no buscan un lucro económico por dicha actividad.
Google, propietario de YouTube, sería el gran afectado de la nueva directiva, ya que se convierte en un objetivo de la reforma que en cinco días se cocinará en el Parlamento Europeo.
Igualmente resultarán afectados otros proveedores de servicios de la sociedad de la información que almacenan y facilitan el acceso público a grandes cantidades de obras protegidas, como Vimeo o Daily Motion.
También las compañías online dedicadas a la agregación de noticias con fines comerciales, como es el caso de Google News o Menéame, entre otros, tienen motivos para que la normativa no salga adelante.